La Carta Europea de Ordenación del Territorio define ésta
como la expresión espacial de las políticas económicas, sociales, culturales y
ecológicas de la sociedad. El objetivo,
por tanto, de la ordenación del territorio debe ser buscar la organización
territorial que mejor responda a las necesidades de una sociedad, de un país,
no siendo el turismo una actividad menor en esa planificación territorial, sin
obviar la interrelación sistémica de todas las variables y elementos que actúan
sobre un territorio.
Resulta innegable la relación de la actividad turística con
la ordenación territorial, en el sentido de que los elementos que constituyen
un destino turístico, un paisaje, una ciudad (su atractivo, su conservación, su
ordenación, su accesibilidad en relación con la movilidad) son lo que acaban
haciendo atractivo un producto turístico y tienen más que ver con la ordenación
territorial que con la propia planificación turística.
No es casual que en la Ley de Turismo de Aragón (Decreto
Legislativo 1/2013, de 2 de abril, del Gobierno de Aragón, por el que se
aprueba el texto refundido de la Ley del Turismo de Aragón) dedique un título,
el segundo, a la ordenación territorial de los recursos turísticos, previendo
la posibilidad de aprobar directrices especiales de ordenación de los recursos
turísticos, sometidas, lógicamente, a las estrategias de ordenación territorial
de Aragón. Ni tampoco es casual que en la actual organización del
Gobierno de Aragón se haya optado por incluir la competencia de Turismo dentro
del Departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda.
El turismo es una compleja realidad y ello hace que tenga
una serie de interrelaciones con distintas disciplinas que enriquecen los
puntos de vista y son más eficaces para la resolución de los problemas que a
nuestra sociedad se plantean, como la cultura y la conservación del patrimonio
histórico y cultural.
Téngase en cuenta que la popularización del turismo ha ido
paralela a la democratización de otras facetas de la actividad humana, como la
cultura, que de ser un placer minoritario se ha pasado a una cultura de masas o
como lo ocurrido con la información, que si tradicionalmente estuvo restringida
a círculos minoritarios hoy podemos hablar de posibilidades información
universal, apoyadas en las nuevas tecnologías.
Como en el resto de las actividades, a tan espectacular
desarrollo del turismo han contribuido el incremento de los medios de
transporte y la tecnología de los mismos, la entrada en vigor de la legislación
social de las vacaciones pagadas, la progresiva instauración de la sociedad del
ocio y el desarrollo cultural y económico de los distintos pueblos, de tal
forma que es previsible un incremento todavía mayor de esta actividad en las
próximas décadas conforme se vayan integrando en el orden económico mundial
espacios geográficos que hoy quedan al margen (el turismo es una actividad
propia de los países desarrollados, es decir de una minoría de la población
mundial).
Por otro lado, dada la importancia de nuestra actividad no
es de extrañar que la ciencia haya mostrado un creciente interés por la
investigación turística, especialmente en dos áreas del conocimiento
científico: la Economía y la Geografía.
Podemos concluir que el turismo, que ha despertado el
interés de la ciencia, cuenta con un largo pasado, pero es claramente una
actividad de futuro. Un país moderno debe ser sensible a este hecho, debe tener
en cuenta nuestra actividad “per se” y cuando considere otras actividades,
puesto que entre el turismo y éstas se establecen una serie de complejas
interrelaciones que no sería conveniente desdeñar y que pueden ser decisivas en
el desarrollo del turismo de nuestras comarcas.
Jorge
Marqueta Escuer.