En el anterior artículo hacía mención a la pujanza y fortaleza de la participación ciudadana en Teruel, así como los logros de una política cultural con incidencia social basada en los Amantes y los dinosaurios. Los turolenses, provincia y ciudad envejecida, gustan de ver su ciudad llena. Y eso es verdad que no es poco.
Pero todo ello me llevó a pensar en la falta de noticias y nuevos proyectos interesantes sobre Huesca. Sobre la ciudad de Huesca. La capital de una no provincia en la que siempre hemos funcionado de modo comarcal, a través de cabeceras con personalidad propia. Lo que decían los abuelos en el Pirineo: que solo iban a Huesca a tallarse y a San Jorge si todo iba bien. Porque si todo iba peor o tenían que recibir diálisis, hasta hace poco tiempo, tenían que venir a Zaragoza.
Dedicaremos algunas reflexiones al interesante y dialogante nuevo equipo de gobierno de la ciudad. Porque las últimas noticias no son satisfactorias en cuanto a anteriores proyectos emblemáticos como Walqa, vaciándose con razón para que no se desplacen por carretera sus trabajadores zaragozanos, a falta de una mejor política ferroviaria de cercanías aragonesa.
Pero de momento quería reseñar por la presente la poca llegada a Zaragoza del punto fuerte de la política oscense: la acción cultural. Enamorados los oscenses de nosotros mismos y nuestra calidad de vida, la apuesta Girona de la ciudad de Huesca ha consolidado la Feria de Teatro, el Festival de Cortos y en la provincia Pirineos Sur. No se puede decir lo mismo hasta el momento del Festival Periferias o del, en mi opinión, por explotar fantástico edificio de Moneo-Legado Beulas. Ya nos gustaría y debe seguirse reivindicando un inteligente Legado Goya, principal activo en Japón de la Marca Aragón, que dice Mariano.
En cuanto a los activos del reciente legado oscense, lo que siempre se ha percibido en Huesca -lo comentó Luis Lles, director de Periferias en fechas recientes- es la sinergia y buen entendimiento entre promotores privados, programadores públicos, DPH y Ayuntamiento, que tous ensemble, efectúan una propuesta de calidad cultural que supera con creces la importancia poblacional de Huesca. Lo que ha venido en parte a intentar corregir Rivarés a nuestro ayuntamiento, con una DPZ volcada en el ¿cuarto espacio? y una DGA sin acción cultural en Zaragoza.
Ahora que parece que Huesca se muere ya de felicidad, que nada nuevo surge –porque en Teruel y Zaragoza está todo por hacerse en materia de cultura-, cuando no se le da demasiada importancia a lo difícil que es consolidar… hay que subrayar que Huesca ha defendido en malos tiempos sus programaciones y que está optando de modo inteligente –aunque el domingo bares y restaurantes están cerrados y sea un golpe a la buena imagen- a la capitalidad estatal de la gastronomía.
Si esto así sucede es porque durante muchos años se han creado las bases y que una programación inteligente ha calado en sus vecinos, que se han atrevido a asistir a espectáculos de vanguardia hasta por fin disfrutarlos. Y porque la sociedad civil en forma de especialización cultural de sus peñas –entre todas Peña Zoiti y programación de Alegría Laurentina en la Jai Alai-, ocupación de sus bares y apoyo de sus músicos propios como Mestizos, Willy Giménez, Hato de Foces… así lo ha conseguido. Que no haya noticias en Huesca es una buena noticia. Aunque debemos hablar en algún momento del no uso de su aeropuerto.
La programación cultural oscense se piensa y ejecuta desde el no hace tanto remodelado antiguo Matadero. Una cuestión que la emparenta con Zaragoza: ambas ciudades han sabido crear interesantes espacios en estas bellas instalaciones modernistas.
Luis Iribarren 25/11.