Ayer en el barrio Oliver de Zaragoza, unas 1.500 personas, vecinos del barrio en su inmensa mayoría, salieron a la calle a protestar por la inseguridad que sufren y en aumento en los últimos meses. Bajo el lema “Por un barrio digno donde se pueda vivir sin miedo”, los residentes se quejaron del cambio radical que ha experimentado la convivencia desde la llegada en abril de un grupo de nuevos vecinos que han agredido en varias ocasiones a ancianos.
Sin duda, estos grupos de menores perfectamente localizados, deben responder ante los sistemas de mediaciòn familiar y de educación, para evitar que los problemas vayan a más y sobre todo para que la violencia se corte con urgencia, para evitar males mayores por parte de cualquier colectivo vecinal. Los presuntos responsables son en algunos casos niños que tienen edades comprendidas entre los 8 y los 15 años, por lo que algunos de ellos son inimputables, según informó este verano la Policía Nacional en una nota de prensa.
Nota.: Me llega más información desde algunos vecinos del barrio Oliver. No parece haber aumentado excesivamente la violencia, sino sin duda la percepción de la misma, al ser personas perfectamente identificables y sobre las que la sociedad cree siempre que hay solución sencilla y fácil. Tristemente no es así, la educación es el factor básico, pero si bien se puede actuar con educación personalizada sobre niños de 4, 6 u 8 años, es muy complejo lograr objetivos con niños de 12 ó 15 años. por otra parte, creo que estamos haciendo un mal ejercicio de responsabilidad si algunas ideas políticas conservadoras impregnan el problema. Mesura, contar con todos los vecinos y confiar en las diferentes policías y sus trabajos de mediación.