En el actual gobierno municipal de Zaragoza podemos tener algunas sorpresas agradable entre algunos concejales que están marcando un camino espléndido de trabajo, de comunicación y participación, bien distinto al de otros compañeros de corporación. Señalarlos con el dedo puede quedar feo, pero creo que es bueno valorar el trabajo que busca la excelencia, y dejar en evidencia que no siempre es así. A veces señalar a los buenos supone también señalar a los malos sin tener que nombrarlos.
Fernando Rivarés y Teresa Artigas marcan el ejemplo positivo de un trabajo que busca lo mejor para la ciudad sin pararse más que a conocer, aprender, gestionar, escuchar y volver a gestionar. En estos tiempos tan raros esto es casi un lujo.
Tuve una reunión con Teresa Artigas donde la impresión fue sin duda muy positiva. Y hoy leo algunas ideas para los transportes urbanos de Zaragoza, publicadas en Heraldo, que me atrevo a repetir una vez que estas ya son conocidas por más medios que este blog.
La sensación entre los zaragozanos de que el autobús urbano funciona mal en Zaragoza es un hecho que va en aumento. Pero la realidad para los que conocemos bien otros servicios por la mayoría de ciudades españolas de más de 100.000 habitantes, es que nos equivocamos. En Zaragoza hay que modificar algunas cosas, sin duda, pero funcionan mejor que en la mayoría de otras ciudades con la que compararnos. Por frecuencia, por precio y por diseño de las líneas y sus recorridos.
Pero voy más allá. Sin duda hay que aumentar la velocidad comercial del servicios de autobuses urbanos. Sin duda hay que dar prioridad semafórica y de carril a muchas más líneas de autobuses en línea con la idea lanzada por el Partido Popular con su TranBus. Sin duda también, los autobuses tienen que ser más cómodos, con más capacidad y con mejores servicios para entrar y salir, pues sólo es cuestión de copiar sistemas ya implantados en algunas ciudades. Tenemos un exceso de paradas (o una distancia entre ellas muy pequeña en algunos casos) y esto parece imposible de lograr que los vecinos de Zaragoza entiendan que es perjudicial y no beneficioso. Es necesario algunos cambios de recorrido en ciertas líneas para optimizar su coste. hay que utilizar más y mejor el billete hora. Las “plazas intercambiadores” deben explicarse mejor y utilizarse más por servicios de autobuses donde se mezclen urbanos y periurbanos. Hay que dar mejor salida y más lógica a las líneas de autobuses que enlazan con el tranvía, sobre todo esas líneas exprés o lanzaderas para los barrios del sur de Zaragoza. Hay que empezar a pensar en un autobús circular por el Tercer Cinturón con muy pocas paradas, algo que desde este blog ya lanzamos hace 6 años. Hacer líneas con microbús que entren en los barrios para dar servicio interno por calles más estrechas. Dar más información a los actores implicados en formar opinión pública, para que las mejoras sean un servicio de todos, desde todos, pero sobre todo con espíritu de ciudad y nunca de zonas concretas de la ciudad. La participación debe estar muy abierta, pero el espíritu de toda ella debe ser la de crear un servicio de Zaragoza para Zaragoza, no de barrio para “mi” barrio.
Julio M. Puente Mateo