Dando una vuelta por Jaca el domingo, circunvalé la
Ciudadela y me pareció bellísima la iluminación nocturna del recinto, por no
reparar hace tiempo en lo tan conocido. Además una visita teatralizada y un
espectáculo musical llamaron mi atención sobre la recuperación que está
llevando a cabo el ayuntamiento jaqués de uno de sus principales vestigios
artísticos: el legado arquitectónico militar. Del que también forman parte la
Escuela Militar de Montaña, Rapitán, Río Seta o los fuertes de Canfranc.
En la Ciudadela hay un panel explicativo del origen de la
fortificación que se llevó por delante el barrio de San Pablo jaqués, el Burnao
que iba hacia el Puente de San Miguel. La Ciudadela fue concebida y su
construcción dirigida por Spannocchi. Este singular arquitecto italiano fue artífice
además de todo el conjunto de defensas que forman parte del tejido urbano de
Jacetania, Navarra y Guipúzcoa construidas por encargo de Felipe II, y merecería
un mayor reconocimiento en forma de presencia en el callejero e incluso
reivindicación de su obra como Patrimonio de la Humanidad.
La situación religiosa convulsa en Bearn –su población era
en gran parte hugonota-, la crisis de Antonio López y el último Justicia de
Aragón, justificaron el surgimiento de una red de fortificaciones y ciudadelas
que siguen formando parte del tejido urbano o del paisaje de Hondarribia,
Pamplona, Berdún, Jaca, Canfranc y Ainsa. Torres menores quedan en Ochagavía,
Ansó y Echo.
Concretamente la de mi pueblo, la de Berdún, fue dinamitada
excavando el durísimo terrero. La Guerra de Secesión y nuestra pérdida de
fueros, representaron en Berdún un durísimo sitio y la explosión del castillo
de Tiburcio y todo el resto de nuestro casco urbano, ordenado por Ramón
Berenguer IV y del que mi casa era de una de las torres, dado que las casas se
comportaban como muralla. Es por eso que si dais una vuelta por Berdún no
hallaréis románico ni gótico sino mucho neoclásico y casas con la flor de lis
en las puertas-arco.
En la foto que acompaña podéis advertir debajo de la iglesia
una barbacana y arco que queda y que formó parte del castillo, como el pozo y
los muros de Casa Lacadena, solar matriz del marquesado del mismo nombre con
origen en Berdún. Lo que nos lleva a la margen izquierda de Zaragoza.
El arquitecto militar francés Vauban, al servicio de
Richelieu y sus obras —entre todas en el Pirineo, la fortificación de
Donibane-Garazi (San Juan de Pie de Puerto), Le Perthus, Perpiñán y Mont-Louis
en Cerdaña— edificadas por el mismo motivo y en la misma época, han recibido la
calificación de Patrimonio de la Humanidad. Así como determinados castillos y
fortificaciones renacentistas italianas, como el Castillo D’Este de Ferrara.
Lugares de donde surgen la contratación de arquitectos militares italianos al
servicio de la corte de los Austria. Escudo que nos encontramos en la
incomparable entrada de la ciudadela jaquesa. Es una parte de nuestra historia aragonesa
y patrimonio a reivindicar y poner en valor más si cabe.
Luis Iribarren. 03/11.