27.10.14

Hablemos del TranBus, el BRT o del TOSA, para Zaragoza

Hace casi cuatro años Eloy Suarez nos presentó el banco movible con el que iba por todos los barrios. Ahora nos presenta el TranBus que es sin duda un asunto más a tener cuenta pero que juega con la mala credibilidad de las jautadas que los políticos sacamos de la manga en periodos electorales.

El TranBus empieza con un mal nombre, aunque en el fondo tiene chicha. Muy utilizado en Iberoamérica como nombre para llamar al autobús tan largo como un tranvía y que además emplea carriles de tráfico normal dedicados para su circulación preferente. Pero que en realidad son meros autobuses urbanos grandes adaptados a los nuevos servicios necesarios.

En otros lugares son llamados BRT (autobuses urbanos rápidos) o incluso en otros lugares sistemas TOSA (autobuses urbanos eléctricos o trolebuses con carga sin cables).

Es cierto que Zaragoza —como todas las ciudades— tienen una personalidad urbana propia y unas necesidades de transporte urbano que difieren del resto de ciudades, aunque se puedan intentar copiar sistemas ya utilizados con éxito o no en otras latitudes. Pero no sirve de mucho que nos insistan con que algo funcione o haya sido un fracaso en una ciudad determinada, pues en otra seguro que ha sido completamente al revés, por su propio diseño de ciudad y de necesidades del transporte urbano.

Zaragoza parte de dos graves problemas a la hora de planificar y/o reformar su sistema de transporte urbano. Y digo problemas aunque uno sea positivo.
Tiene ahora un buen servicio de transporte urbano de viajeros
Hay un gran déficit entre un coste alto y un precio bajo

Y lo cierto es que Zaragoza necesita mejorar sus sistemas de transporte de cara al futuro modificando muchas cosas, lo que complica mucho tomar las decisiones más correctas y mucho menos en un aquí te pillo y aquí te vendo la moto.

Pero centrémonos en el BRT o en el TOSA, o en lo que necesita el futuro de Zaragoza.

El tranvía tiene sus problemas y no los quiero señalar aquí para que no me metan el dedo en el ojo. Los conocemos todos. Pero también sus ventajas que son importantes. Y es cierto que necesitamos cambiar en Zaragoza hacia sistemas de mucha más capacidad, rápidos, limpios y que no contaminen, baratos, que den un servicio basado en que sea el usuario quien vaya buscar el sistema y no que sea el sistema quien vaya a buscar al usuario (tremendo esto que acabo de nombrar, igual tengo que pedir perdón).

Zaragoza por su tamaño debería tener Metro, pero sufre dos problemas graves para no poderlo hacer. Está dividida por un gran río que complica la instalación de metro por las zonas céntricas y que abracen las dos orillas (no es imposible, lo sé, digo que es más complicado) y es además una ciudad con gran número de vestigios de muchas culturas en su subsuelo. Eso sin contar que una obra de Metro es muy cara en estas décadas de dinero público bajo cero.

Zaragoza podría tener un sistema mucho más amplio de tranvía, pero hemos cometido el gran error de plantearlo mal desde el principio. ¿Mal me atrevo a decir? Pues si, mal al elegir como Línea 1 los trayectos más rentables y suprimir los autobuses que eran también los más rentables. Ahora con la Línea 2 podemos hacer lo mismo, vamos camino de lo mismo, y con la Línea 3 lo que al final dejará una red de autobuses urbanos más deficitaria todavía, que mientras la contrata está sustentada sobre el factor kilómetro recorrido, a la empresa concesionaria le dará igual pues quien paga el déficit es el Ayuntamiento, es decir entre todos, pero que en cuanto se intente municipalizar, cambiar de concesión, etc. nadie querrá quedarse con la misma si se cambia el sistema de tarifación entre Ayuntamiento y concesionaria. Y los barrios, las zonas menos rentables tendrán un muy peor servicio que ahora, pues habremos separado lo bueno del todo, y quedará lo regular sumado a lo malo para el servicio de autobuses, y aquí me reprimo calificar lo que quedaría.

Pero además el tranvía cuenta con un gran problema añadido en Zaragoza. No es rentable bajo ningún concepto para líneas urbanas o periurbanas de creación nueva, sobre zonas en las que hoy no hay servicio de transporte. Zaragoza hoy necesitaría una Línea Circular por el Cuarto Cinturón. ¿Qué empresa tendría los arrestos de crear una línea de tranvía de tantos kilómetros de recorrido y sin tener asegurados los usuarios? No los tenemos —los arrestos— ni para crear una línea de autobús urbano nueva, que solo sería dirigirlo a hacer kilómetros, sin casi ninguna inversión de infraestructura.

Pero volvamos a los BRT o TOSA.

Estos sistemas toman los bueno de los sistemas de Metro y tranvía, en la medida en que esto es posible, minimizando los problemas de estos mismos sistemas.

Ventajas:

Puntualidad
Gran capacidad de transporte
Carriles dedicados a ellos
Preferencia semafórica
Usuarios que entran y salen rápidos
Billetes adquiridos fuera del autobús
Poca contaminación
Inversión baja o muy baja
Adaptación a las averías sin bloquear el servicio
Comodidad y bajo ruido
Pueden ser líneas con autobuses BRT o autobuses normales según horario

Pero tiene algunos problemas:

No es posible meterlos por calles de anchura normal, menos por calles estrechas
Excepto los TOSA, el resto contaminan, algo que Europa intenta suprimir
En el caso de los TOSA hay que hacer inversión de infraestructura en las paradas
Dificultan el tráfico del coche en el ámbito urbano por el derecho de vía
No logran la misma velocidad media que el tranvía

Pero si nos fijamos, en todo estas reformas hay unas constantes muy interesantes que tenemos que ir conociendo y en la medida del poco a poco ir poniendo en funcionamiento.

Tienen preferencia sobre todo el resto de tráfico
Emplean carriles SOLO BUS o con derecho de vía
Se adapta el sistema para no tener que cobrar los conductores
Se adaptan para que sea cómoda la subida y bajada
Se adaptan las paradas para tener información y sean cómodas
Emplean sistemas de autobuses o similares de gran capacidad que además se cambian según horarios o fechas concretas
Se intenta que no contaminen o lo hagan lo menos posible, empleando vehículos híbridos o eléctricos.
Se buscan trayectos por calles principales, nunca se adentran en calles estrechas
Se emplean sistemas de cambio gratuito de vehículo según trayectos incluso con la intermodalidad entre sistemas de autobús, tranvía y cercanías.
Es normal que en la misma ciudad haya varios sistemas de transporte urbano, según zonas. Incluso buscando el impacto visual y el turístico

En estos momentos en Zaragoza ya funcionan bien los autobuses articulados de 18 metros. Estos sistemas nuevos parten de autobuses desde los 24 metros de longitud. Los radios de giro son diferentes aunque se intentan adaptar al menos a giros de 90 grados. La comodidad de subida y bajada —sin plataforma o con una plataforma normal— se da por su facilidad para bajar ligeramente en la frenada y acercándose al suelo y a la plataforma de la acera. Estas plataformas ya existen en algunas paradas del autobús urbano de Zaragoza (por ejemplo en la del Coso Bajo junto a Plaza San Miguel). El carril bus nunca permite que se pueda aparcar a la derecha de su recorrido o al menos en las zonas cercanas a la plataforma de parada, o bien esta plataforma sobresale de la acera ocupando la zona de aparcamiento. Hay varias en Zaragoza para poderlas ver.

Estos sistemas BRT, TranBus o similares no son nuevos. Llevan 40 años en algunas ciudades. Nuestros autobuses articulados beben de esta filosofía, pero solo de la parte del hierro rojo que se articula y lleva a más pasajeros. Nada más, pero en realidad son la innovación desde el trolebús antiguo, nada más. Y nada menos.

Hay incluso grandes ciudades donde los autobuses de una o dos plantas funcionan con algunas de las ventajas de estos sistemas. No se venden billetes en el autobús, los carriles dedicados no permiten aparcar en sus inmediaciones, al tener dos plantas admiten un gran número de viajeros, etc.

Zaragoza debe discernir entre los diversos sistemas de transporte urbano de viajeros y no equivocarse, pensando en el medio plazo y sobre todo en ciudad. Este asunto no es para que los barrios intervengan mucho, sino para que lo hagan los técnicos de cada asociación, de cada institución, de cada partido político. Estamos hablando de urbanismo de futuro, no de resolver un problema en una zona determinada de Zaragoza.

He nombrado al principio de esta entrada que tenemos un problema para realizar los cambios necesarios, que es su gran calidad actual, aunque como es lógico también nos estemos constantemente quejando. Gracias a estas quejas tenemos la calidad que tenemos, todo hay que señalarlo también. Si lo comparamos con los servicios de otras grandes ciudades veremos que las frecuencias de Zaragoza son buenas, que las paradas tan cercanas entre ellas no son habituales, que el precio es bajo, etc. Y aquí no sirve comparar con las ciudades que a cada uno le interese elegir. Para decir que es barato o caro se puede poner ejemplos de todo tipo; para hablar de frecuencias también. Y siempre comparando incluso con ciudades del tamaño similar al de Zaragoza.

Esta semana yo mismo he empleado autobuses urbanos en una ciudad europea algo más grande que Zaragoza a 2,6 euros el billete, que no da cambios y hay que tener la cantidad justa para meter en una maquineta, sin más ayudas que los bonos diarios o mensuales con un billete diario de 5 euros para un número infinito de viajes en 24 horas, y con unas frecuencias de 15 a 20 minutos como norma entre el centro de la ciudad y los barrios. Frecuencias que aumentaban a partir de las 20 horas. Y algunos de estos autobuses, uno cada hora generalmente, solo hace muy pocas paradas entre todo el recorrido, para lograr una velocidad media muy alta. 

Insisto en que no todas las soluciones sirven para todas las ciudades, los BRT o TOSA puros solo sirve para ciudades de gran extensión aunque no tengan muchos habitantes. Zaragoza debe aspirar a tener la misma calidad que hoy, al mismo precio, pero planteando un sistema sostenible a medio plazo. Y el actual NO ES SOSTENIBLE a medio plazo. Ahora toca a quien corresponda ponerse a trabajar sobre el futuro.