No recuerdo cuantos años llevamos los
aragoneses escuchando el tema del pantano de Yesa. ¿Muchos verdad? Yo recuerdo
ir de fin de semana a Mianos, justo allí mismo encima de Yesa, cuando las hijas de mis amigos
eran pequeñitas, de la misma edad que hoy tienen sus nietas. Y ya mirábamos con
pena y miedo aquellas zonas que se iban a anegar sin saber todavía cuanto ni cuando. Ni por qué.
Yesa era una manera de meternos cruzado
el Trasvase del Ebro, por la puerta del: “Es que
os quejáis de todo”, y aunque no
era necesario y desmesurado, muchos aragoneses cayeron en la trampa que les contaban algunos de que esto
mismo sucedió cuando se planteaba crear el Canal Imperial de Aragón y ahora no
seríamos capaces vivir sin él. Mentiras a medias, verdades disfrazadas y
pintadas de lo que apetece.
Otra frase típica era: “Para una vez que quieren hacer una gran inversión en Aragón,
siempre hay jilipollas que se niegan a todo”. Esta era buena pues englobaba un sin fin de posibilidades además
de insultar a los que nos oponíamos a Yesa, pero yo sin gran ímpetu, todo hay que
decirlo. Simplemente en mi caso creía que tan enorme obra no tenía sentido, de cara
al siglo XXI. Recorría Artieda y Mianos y temía lo peor, que el poder de esos tan grandes que nunca van al bar de Mianos a tomarse una caña, doblegarían en dos bandazos a los débiles. Y me equivoqué, pues todavía no nos han doblado, y menos, mucho menos, convencido.
A los aragoneses y más a los de CHA
siempre se nos ha acusado de ser “los
negativos” los que nunca
admitimos lo que se ofrece, los que siempre nos oponemos a todos. Es un mantra
que ha calado, hay que admitirlo, pues la mayoría de nuestra organización CHA solo
sabe currar y gestionar. Somos escasos en darle la vuelta a lo que comunican
para joder. Sin ir más lejos en el Ayuntamiento de Zaragoza hemos estado muchas
más veces apoyando para lograr una gobernabilidad que escondidos en una oposición
más cómoda. Pero en cambio se nos acusa —sin gobernar— de ser los que
gobernamos mal.
CHA en el año 2011 podría haber dejado que gobernara el
PP, y jugar a la contra. Nos lo hubieran aplaudido mucho nuestros votantes. Pero
Zaragoza no es una localidad menor. Nos tapamos las narices y empujamos aun a
costa de caer por el barranco. Recuerdo el desprecio de Belloch hace años, cuando
decidió no gobernar con CHA a costa del PAR, mandando a “cascala” el trabajo todavía
hoy reconocido de unos grandes concejales de Chunta Aragonesista que tuvieron
que soportar lo que no entendían. Por cierto todos ellos hoy viven en grandiosos palacios y sin trabajar. ¡Mentira! Viven donde vivían y siguen trabajando la mayoría en los mismos puestos o fábricas que antes de ser concejales de Zaragoza. ¿De cuantos más se puede decir lo mismo?
Son cosas del juego político, aunque se
muevan las reglas a veces para solaz de algunos jetas. Hemos empezado hablando
de Yesa y hemos acabado amargamente recordando algunas zancadillas. Pero lo
importante es que hemos trabajado en muchos lugares, durante muchos años y todavía
nunca nos han podido señalar de nada deshonroso. Nos quedan muchos años para
seguir demostrando que para CHA lo público es sagrado. Los años que quieran los
ciudadanos.