Nuestro Alcalde Juan Alberto Belloch,
presa del miedo al efecto o síndrome “Gamonal” nos dice ahora que la segunda
Línea del tranvía en Zaragoza tendrá que esperar sine díe. Bien, lógico. Debe
figurar en todos los programas electorales de todos los partidos de Zaragoza
para las municipales de 2015 y así cada uno se tendrá que retratar, aunque
luego no cumplan lo escrito e impreso.
Dice con criterios “miedicas” que debe
buscarse muy amplio consenso vecinal y político, lo cual suena a lógico pero
tiene sus aquellos. Si para todo tuviéremos que ir buscando amplios consensos
vecinales, no lograríamos hacer nada.
Los amplios consensos políticos en el nuevo Ayuntamiento pueden ser
complejos. Y que me perdonen las Asociaciones de Vecinos, que son las que
tienen voz. Pocas he visto (las hay) que tienen sentido de ciudad, pues la
mayoría de ellas solo tienen sentido de Distrito y eso complica mucho las
actuaciones grandes. El caso de la calle Don Jaime es el más reciente. Incluso
se crean nuevas para poder opinar y medrar.
Los vecinos de Conde Aranda y de
Avenida Madrid se oponen casi sin fisuras de que la Línea 2 del tranvía de
Zaragoza pase por sus calles. ¿Qué hacemos pues? ¿supeditamos toda actuación a
que los representantes de estos vecinos quieran o no quieran el tranvía? No es
posible si gestionamos con criterios de ciudad.
Es cierto que la Línea 1 del tranvía en
vez de venir a sumar ha tenido sus sombras restando líneas de autobuses, lo que
complica nuevas actuaciones. Hoy los vecinos saben que el tranvía supone quitar
varias líneas actuales del servicio de autobuses. Y no quieren perder lo que
funciona bien. Otra cosa hubiera sido que las líneas de autobús en el trayecto
de la Línea 1 del tranvía se hubiera modificado para dar servicios laterales a
los barrios por donde pasa el tranvía, pero literalmente se han suprimido.
La Línea 2 del tranvía de Zaragoza
surge sin dineros, con pocos consensos, con grandes dudas en su trayecto, sin
criterios legales sobre quien debe liderar el proyecto, semi privado, semi público,
con un lío inmenso si se saca un nuevo concurso. ¿Sería lógico que la Línea 2
del tranvía fuera gestionada por una empresa diferente a la que gestiona la Línea
1?