Me recuerda mucho el nacimiento de “Podemos” con la llegada
de CHA a nuestro querido Aragón. Ambos se llenaron de nuevos políticos,
jóvenes, profesores universitarios y gentes de la cultura, acompañados de
algunas personas más adultas de edad que venían de algún partido viejo. En el
caso de Podemos de IU, en el de CHA del PSA.
Representaban en ese momento del nacamiento al aire fresco, la posibilidad
de que “otra forma” de hacer política y defender algo cercano al ciudadano, se
pudiera materializar. Ambos buscan desde el nacimiento que “la casta” que ocupa
los sillones se pongan nerviosos y sepan que hay otras formas posibles de
gestionar lo público.
Pero lo complicado —que lo es, y mucho— no es abrir una
empresa, sino lograr que siga abierta un año, dos años, siete años, 25 años
después de nacer. "Podemos" tiene ahora el reto de asentarse y responder.
Demostrar y gestionar el éxito. CHA tiene la obligación de seguir
materializando la ilusión creada, la puesta en discurso de soluciones para las
personas, la puesta en ridículo de esa “casta” que tanto gusta nombrar Podemos,
y que tiene vocación de seguir apoderándose del poder para emplearlo a su
gusto.
La gran diferencia entre el pasado y el futuro, lo escriba
el PP, el PSOE, CHA o Podemos está en contar con las personas cabreadas que son
casi todas. Quien no entienda esto se irá apagando como una vela vieja.