Imagen del Pilar de Zaragoza, sin las cuatro torres principales, con un Ebro seco y pedregoso, con la sensación clara de que es una Zaragoza vieja, seca y con ganas de mejorar. Pero también vemos una Zaragoza que hemos cuidado y mejorado entre todos y eso si es importante. Nada nos pertenece, todo es de todos y sobre eso de los que nos precedieron pero también de los que vendrán después. ASí que, sin duda, a cuidar lo que tenemos.