13.5.14

Notas básicas de contabilidad creativa. ¿Qué pinta esto en el blog de Zaragoza? Estoy tonto

Llamamos contabilidad creativa a la que nos inventamos, algo que parece raro pero que en algunos lugares es muy habitual. Nadie se inventa una contabilidad desde la nada, pero sí se mueven partidas de fechas, se modifican cantidades con criterios elegidos con pinzas, se olvidan de algunas facturas a favor o en contra, se dejan de incorporar gastos financieros, se aceleran compras o ventas, se amplía el pedido a proveedores que se devuelven en enero, se juega con el stock del almacén, etc. Se practica también con que enero es el día cero y diciembre el día final, algo que da mucho juego.

Esto en las empresas es ilegal (casi siempre) y muy feo, aunque se disfrace de incapacidad o de tontería contable. No es necesario que te lleves los dineros en sobres para que sea ilegal. Hacerlo en organismos públicos donde el dinero es de todos resulta aberrante.

Es cierto que los mismos sistemas de control del déficit estás logrando ellos solos que la contabilidad creativa se esté practicando con los presupuestos generales incluso de países enteros, que intentan colar a los tribunales de auditar, todo tipo de trapicheos.

Todo control contable está montado para que los dineros no se distraigan, no se cambien de bolsillo o de partida con la facilidad del que gestiona, y por eso además de tener que apuntar con unas normas muy claras, hay que pasar controles de muy diverso orden. Pero los que controlan al que gestiona, muchas veces, hacen como que no miran, como que no ven, como que entienden los errores que se subsanan en posteriores balances.

Vamos a poner un ejemplo sencillo de entender. Imaginemos que no puedes gastarte en una empresa más de 1.000 euros en gastos al año. Llega diciembre y si pagas unos gastos financieros o unos impuestos o unos sueldos que tienes que pagar todos los meses, te pasas del gasto. Y no quieres ni puedes pasarte. El asesor te dice que pagues, pues si no el banco o el deudor se va a cabrear, pero que no lo apuntes en la contabilidad para que no se entere nadie de que te has pasado del gasto. Ese año has pagado contablemente 11 meses de gastos financieros o sueldos. Pero al siguiente año tienes que apuntar en tu contabilidad 13 meses (los 12 de ese año más el diciembre del anterior) y si los ingresos son igual de flojos que ese año has llevado a la contabilidad del siguiente año un churro complicado de tragar. Si además tienes problemas de tesorería y tienes que acudir a un banco a pedir un crédito cuando lo tienes prohibido, el banco, que son amigos, te lo concede, pero a un interés muy alto. Y como tienes prohibido pedir un crédito tampoco lo apuntas en la contabilidad, y sobre todo no apuntas nunca el gasto financiero de los intereses para que no sospechen que lo has pedido. Jodo con el lío que se va formando por que te faltan 50 euros en diciembre para cuadrar. Esto se puede ir conllevando mientras nadie mete el dedo en la llaga, mientras no cambian los gestores, esperando que la situación económica mejore. Joroba si no mejora, pues resulta imposible aclarar todo el follón.

Esta contabilidad creativa, para los millones de ciudadanos que pasan necesidad, hambre o falta de trabajo, que son desahuciados o se encuentras con menos ingresos o con familiares a los que tienen que ayudar a vivir, les parece una cabronada imposible de explicar. Y es lógico. Todo lo que se les diga sobre la contabilidad creativa les parecerá una enfermedad de graves enfermos de irrespetuosidad social a los que hay que retirar con urgencia de sus puestos de gestión en las empresas. No sé si he sabido explicarme.