Si son capaces de entender lo que pone el cartel de arriba, de saber qué se quiere decir cuando se nombra a una persona como laminero, cuando se concoen objetos como pozal o pernil, cuando logran diferenciar entre palabras como boira, cierzo, rasmia, escoscar o reblar, ustedes son aragoneses que podrían aprender más aragonés del que ya saben. Es verdad que toda´via no nos hemos puesto todos de acuerdo en qué aragonés queremos, pues no hay uno sólo y completo, sino diversas variables ligeras que complican la situación de un idioma mal cuidado, mal conservado y que sin duda es un gran valor cultural de nuestra tierra.