“Si llega el momento feliz de ver pasar por Zaragoza otro camino de hierro, que taladrando el Pirineo, enlace París con Lisboa por Madrid; y uniese el Mediterráneo con el Océano desde Tortosa a Orio por el Ebro…, entonces será la Siempre Heroica Zaragoza, la capital más rica de la monarquía, y la ciudad hermosa y envidiada donde vendrán a solazarse los poderosos del Norte de Europa”.
Esta frase la pronunció el alcalde progresista de Zaragoza, D. Miguel Alejos Burriel en el año 1841, 87 años antes de que se inaugurara el tren por Canfranc. Su visión de la Zaragoza del futuro era la de un alcalde capaz de imaginarse este, como una forma de construir el futuro a través de las ideas. Esa es una de las funciones (no la única, pero puede que sí una de las más importantes) que deben tener los alcaldes de las grandes ciudades.