25.2.16

Jornada contínua, jornada partida. ¿Qué diría Mafalda?

El Gobierno de Aragón ha iniciado el proceso para que los colegios puedan decidir su horario. Por mucho que lo disfracen, lo que yo veo en esta iniciativa es el deseo del profesorado por conseguir la jornada continúa por un interés personal más allá de buscar el beneficio del alumno. Es difícil que un niño y niña de 6 a 12 años pueda rendir durante 5 horas seguidas. Pierden atención al madrugar más y terminan más cansados. De hecho, según los expertos, el mayor rendimiento del niño se da por la tarde. Más si reciben a presión todas las materias seguidas, es evidente que el aprovechamiento va a bajar.

Luego está el otro asunto. ¿Qué hacer con los niños por la tarde? O uno de  los cónyuges (en el caso de que haya dos) se puede reducir la jornada o se pagan las extraescolares el que pueda o, como último recurso, aumentar la carga a los abuelos y abuelas, si tienen la suerte de tenerlos cerca. Aumentará el número de niños que no tendrán más remedio que quedarse solos en casa, con los problemas que eso conlleva.

Esta es la realidad de la jornada continua que quieren imponer los profesores. Y mientras tanto, los colegios concertados que pagamos entre todos, para que las familias puedan conciliar, seguirán con sus horarios también por la tarde. Esto conlleva un éxodo masivo hacia los concertados. Y mientras nos enzarzamos con este debate si jornada partida o continua, uno de los problemas de la enseñanza pública como es la falta de control de la calidad educativa del profesorado, seguirá sin solución.

Si te toca el profesor despreocupado y que no motiva a su alumnado, lo único que pueden hacer las familias es dejar pasar el año y esperar a que le cambien de destino ya que desde los centros "no pueden hacer nada". Ni tan siquiera desde la inspección. Lo más grave es que estos profesores, que no son la mayoría pero alguno hay, su nómina es la misma que los que lo hacen bien y creen en su trabajo. Este es el asunto que debería afrontar la Consejería de Educación aragonesa y no sucumbir a la jornada continua que solo va a desconcertar a familias y alumnos dando otro zarpazo a la maltrecha educación pública.

Daniel Gallardo Marin