Desde hace décadas la Feria de Muestras y Zaragoza son un binomio que nos pone en el mundo, como ciudad y como punto de encuentro de tecnología e innovación. Es un compendio de sinergias que aporta un gran valor económico a la ciudad. Pero de todos los certámenes ahí programados es la Feria de maquinaria agrícola, FIMA, la que brilla con luz propia por su gran reconocimiento internacional.
Mantener ese rango y prestigio como una de las tres mayores de Europa y la mayor del sur del continente no debe quedar en autocomplacencia. Grandes ciudades con mayor capacidad para aglutinar todo cuanto conlleva una feria de esta envergadura están al acecho, esperando cualquier relajación que les permita llevarse el gato al agua. Mantener esa tensión para que FIMA siga apostando por Zaragoza, es cosa de todos. Ayuntamiento y gobierno aragonés, colaborando en mejorar su entorno y los accesos al recinto. Empresari@s y emplead@s, poniéndose en lugar del cliente y, la propia ciudadanía, cuidando al visitante. Logística, hoteles, restauración, comercio y ocio, estos días ponen el cartel de completo. 1.350 expositores en 150.000 m2 y más de 200.000 visitantes de 38 países que dejan en la ciudad 250 millones de euros, son razones de gran peso para no bajar la guardia, mantener esas cifras es labor de todos y si es posible superarlas en un futuro. Zaragoza ha de seguir apostando como gran ciudad, por sus ferias y congresos, traje a la medida gracias a sus infraestructuras, carácter abierto de sus gentes y su capacidad como centro logístico e industrial del sur de Europa.
Que ese gran trabajo de gestión de la dirección y órganos de de la Feria siga apostando para que este certamen bianual sea cada vez más relevante.
Un saludo.
Daniel Gallardo Marin