Estimada Teresa Artigas, tu excelente benevolencia con lo humano está logrando que Zaragoza sufra una huelga de autobuses que sin duda saldrá en los anales de nuestra ciudad durante siglos y será objeto de estudio en las clases de sindicalismo avanzado, como materia fundamental para lograr lo casi imposible: que todas las partes implicadas en una huelga estén de acuerdo en continuar con la misma por los siglos de los siglos.
Todas las partes menos los clientes, la ciudad, los ciudadanos con menos recursos.
Esperar que ambas partes del "todo" se fueran a reunir este lunes por que así se lo solicitabas tú, eras de premio a la paciencia. A ninguna de las dos partes les interesa en este momento resolver la situación. Es imposible que lleguen a un acuerdo ni en el punto intermedio de las diferencias entre ambos. Sólo se avendrán a cerrar el conflicto cuando una de las partes pierda. Es así de duro y de inevitable. Repito. Una de las dos partes va a perder la huelga. Entenderlo es muy sencillo, asumirlo nos parece imposible. Pero tendrá que llegar el momento de lo inasumible y se tendrá que tomar una decisión que favorecerá a una de las partes y fastidiará duramente a la otra.
Perder será duro. Traerá sus consecuencias. Será caro para la ciudad, pierda quien pierda, gane quien gane. Ya es muy caro para Zaragoza esta situación sin final. Pero hay que ponerse a trabajar YA en decidir quien va a perder y quien ganar, pues pensar en el punto intermedio es desear que pierdan las dos partes, y eso todavía puede ser peor, pues es lo único que hemos ido haciendo en los últimos años, y que nos conduce a una suspensión temporal hasta la próxima huelga, cada vez más largas y más duras.