28.2.16

Visiones singulares de Aragón: el Aragón yemení

Siempre me he sentido profundamente subyugado por la belleza de la arquitectura del Matarraña-Maestrazgo. De piedra y de madera, pero tan lejana a la “francesa” de Ansó y Echo. Tan mediterránea y árabe en su concepción. Influido por la lectura de “Tierra y Libertad”, desde que tuve coche a edad temprana cada año iba una vez a recorrer esta tierra telúrica y antigua.
Hace mucho que no voy y eso está en mi debe. Pero tengo que reconocer que el paisaje mediterráneo montano de la comarca, a disfrutar especialmente conduciendo por pista como la que acorta el recorrido Cantavieja-Mosqueruela, llega mucho a este corazón pirenaico. Me llena la suavidad antigua de las vaguadas y cerros entre masías. Los pinos ralos. Los restos de naufragio dejados por los incendios forestales, horizonte negro-gris. El duro estilo de vida masovero que dio lugar al desarrollo de la sociedad binefarense y que se comentará en otra entrada.

En esta corresponde volverse a admirar sobre el elemento arquitectónico que más llamó mi atención en mi primer viaje por el Maestrazgo. Se trata de las celosías de barro, madera de casi cedro y yeso de la Puerta de las Monjas de la muralla, adosada a convento anexo. Concebidos los pasos para evitar la visión exterior de las monjas al cruzar la puerta, este tipo de soluciones arquitectónicas que tanto engalanan el Bajo Aragón y el Maestrazgo tienen similitud con la búsqueda de ambientes privados de la arquitectura y urbanismo árabes.

La gracia y buen hacer de los artesanos mudéjares turolenses alcanzan en este singular elemento dimensiones descomunales. Que lanzan a Mirambel y el Maestrazgo nada menos que al reino de Saba como se desprende de la siguiente imagen de Sana’a, capital yemení. Sociedad, como la aragonesa en su tiempo, musulmana pero con sus propios judíos… La misma reina de Saba, amante de Salomón y que propicia que yemeníes como Noa o los falushas etíopes sean malamente admitidos en Israel.

En la imagen inferior se advierte la terminación de las viviendas yemeníes en altura, Patrimonio de la Humanidad por desgracia amenazado. El tratamiento de los pisos superiores de las casas de 5-7 plantas de Sana’a concebidos para el deleite y disfrute de las familias propietarias de las casas-torre, guarda una increíble relación ornamental con la puerta de Mirambel. Aragón yemení.

Os dejo con un fragmento del principal poeta yemení del momento: Nabilah Alzubair, un bersolari del desorden y la desolación, veréis la tozudez de este poeta “mirambeliano”:

Cuando quiera que mi cabeza golpeaba un muro
Yo decía: Todavía tengo cabeza

Cuando quiera que un muro golpeaba mi cabeza
Decía: Todavía existe un muro frente a mí


10/02 Luis Iribarren