24.2.16

Visiones singulares de Aragón: chopos cabeceros en el Camino del Cid

El Camino del Cid se está convirtiendo a pasos agigantados, y pocos en Zaragoza lo vemos, en una de las señas de identidad de Teruel. Lo recorre de arriba abajo viniendo de la Comunidad de Calatayud, a la que también atraviesa.

Es una ruta a potenciar, si no lo está ya todavía. Parece que se está convirtiendo en el item sobre el que más le preguntan a la Diputación turolense guías y senderistas interesados. Si queda trabajo por hacer es porque el Camino fue creado como itinerario en fecha reciente, pudiendo convertirse tras el Camino de Santiago —ramal aragonés, tercer patrimonio de la humanidad que imperdonablemente me dejé— y la Ruta de la Plata en el tercer destino senderista en el Estado. Por tanto, merecen a corto y medio plazo cuantas inversiones toquen de infraestructuras de albergues. Y su difusión.

Para ello existe con sede en Burgos, un Consorcio Camino del Cid integrada por las diputaciones que atraviesan el mismo, entre otras Zaragoza y Teruel. Es un camino bien interesante para conocer el románico castellano, el mudéjar turolense y varios qalat o castillos musulmanes como Calatañazor, Calatayud o Calamocha.

En esta localidad se encuentran estos preciosos chopos cabeceros escultóricos que embellecen esta entrada y que beben del freático del Jiloca, por fin más lleno este mes. Además de la escultura del Cid en el Poyo del Cid, antiguo asentamiento celtíbero y romano entre dos colinas o pueyos que fortificara como centro de operaciones para exigir tributos a Daroca o Molina, todavía enclaves musulmanes. Se aportan las referencias del Cantar a dicha localidad actual y a Monreal, no a Calamocha que sería todavía musulmana.

Espoleó mí­o Cid, se iba todo adelante,
allí­ se fijó en un poyo que está junto a Monreal;
alto es el poyo, maravilloso y grande,
no teme un asalto, sabed, por ninguna parte.

                                            Aquel poyo, en él hizo acampada;
                            mientras que sea el pueblo de moros y de la gente cristiana,
                                             el Poyo de mí­o Cid le llamarán en los mapas

Vamos todos a andar por Teruel y Peracense. La provincia del amor, a su paisaje cretácico… Donde los árboles que quedan tienen la misma edad relativa que su población.
19/02 Luis Iribarren.