Pocas comunidades como Aragón, llamadas históricas en este estado, naciones, regiones de interior o ultraperiféricas en Europa tienen nuestro rico pasado. Pero Aragón ha permanecido durante años al vaivén de las tendencias centralistas y las secesionistas, que han manipulado, a menudo, la historia para legitimar sus ambiciones aunque haya sido a costa de distorsionarla.
En este "dejarnos llevar", hemos visto cómo expoliaban nuestro rico patrimonio. Mal vendido, en algunos casos, por párrocos y religiosas ante el desconocimiento de la sociedad aragonesa. Patrimonio hoy expuesto en los museos de Nueva York, Los Ángeles, Boston, Barcelona o Lérida y otra parte en paradero desconocido.
Por eso me congratula la unanimidad y el apoyo de las Cortes de Aragón a la iniciativa promovida por el diputado de CHA, para recuperar cuanto antes la obra más significativa de la historia jurídica de Aragón, como es el Vidal Mayor, códice jurídico que recoge la Compilación de los Fueros de Aragón.
Pero recuperar este manuscrito que fuera encargado en 1247 al obispo de Huesca Vidal de Canellas, no puede ser en detrimento de otros tantos bienes que han de regresar, para el uso y disfrute de todos los aragoneses.
Los bienes de Sijena, Roda de Isabena, Alcalá de Gurrea, Uncastillo, Bonansa etc. Y por seguir en estos vaivenes de nuestro maltratado pasado, diez años lleva sin reunirse el patronato del Archivo de la Corona de Aragón.
Somos parte de un patronato en igualdad con las otras tres comunidades que formaron la antigua Corona. La responsabilidad como titular del archivo general es del Gobierno central. Pero poca prisa tiene el ministro de Cultura en convocarlo, quizás por temor a enfrentarse a una de ellas porque no le basta con tener la sede permanente, también reclaman su soberanía. Así estamos.
Daniel Gallardo Marin