Chocolate a la piedra de azafrán de Monreal del Campo.
Se anunciaba recientemente en el blog el próximo 800 cumpleaños del Monasterio de Piedra. Seguro que se hará una gran programación por el Gobierno de Aragón. Al tratarse de un emblemático y casi único en el mundo rincón y paisaje, que forma parte del espléndido cinturón de monasterios císter que jalonan el Sistema Ibérico: con origen desde Suso-Yuso, pasando por los moncayinos Fitero-Cascante-Veruela, hasta Poblet, vía Monasterio de Piedra y el precioso Monasterio del Olivar de Estercuel.
Es obvio que por paisaje, por lo que representa en la lucha histórica contra la desertificación en Aragón este jardín persa -inserto en el páramo sur aragonés casi contra natura-, por el ejemplo en él dado para la generación otros espacios de este tipo en Anento, en Almonacid de la Cuba, en el valle del Martín o Guadalope… la influencia del Monasterio en la vida y paisaje aragoneses y su conformación ha sido enorme.
El paraíso conocido: agua en el desierto. Monasterio de Piedra y jardín iraní Patrimonio de la Humanidad: precursor de Babilonia, el jardín árabe y vuelta al monasterio.
Como también lo ha sido para fijar ejemplo seguido por los sectores de la fruta y vinícola de la Comunidad de Calatayud.
Pero, sin perjuicio de la eclosión reciente de garnachas y cavas bilbilitanos con marchamo de mercado mundial parkerizado, hablamos ya en su día de que el Monasterio fue elemento clave, primer centro europeo, en la difusión del consumo del amarguísimo chocolate.
En Europa edulcorado con miel y rebajado con leche, ausente el clavo y presente poco la canela, para la elaboración del chocolate a la taza que conocemos. Alejado del mole poblano –de Puebla de Zaragoza-, guisote de chocolate, chiles y especias asadas en horno de leña. Que acompañaba al guajolote, pavo salvaje mexica.
Nos congratula que Aragón haya mantenido su tradición y relación con las elaboraciones del chocolate. Salvándose las instalaciones de Ateca, finalmente, y con elaboraciones muy logradas industriales en afamada industria zaragozana del guirlache.
Pero también se están haciendo mezclas a partir de onzas muy interesantes en Teruel. El chocolate es neutro y fuerte, todo lo admite como el arroz y hasta con arroz inflado se consume. Ya dimos receta de los guisos con chocolate de la montaña oscense.
Ahora, presentamos el singularísimo chocolate con azafrán del Valle del Jiloca. Hay recetas de Arzak aromatizándolo así, como también con wasabi y curry –le sienta bien al chocolate realzarlo con especias picantes-.
Propongo maridaje probable: elaborar un tiramisú cuasi completamente aragonés con los siguientes ingredientes:
.- Sustituir bizcochos por base de madalenas de horno de cualquier pueblo, véase Nuévalos o Jaraba.
.- Utilizar huevos ecológicos de las granjas de Mainar.
.- Sustituir el queso mascarpone por mousse de yogur de Fonz o Guara, de oveja. Rebajado con alguna crema de queso.
.- El café nada que hacer. Poner miel de Guara en vez de azúcar.
.- Sustituir el licor de naranja por vino de nueces del Bajo Aragón. Si no, hay un excelente vino de nueces verdes de Castilla-La Mancha.
.- Rallar chocolate trufado del Jiloca.
05/05/2017 Luis Iribarren