Lo que está pasando en Aragón con la aprobación (o no) de los Presupuestos para el 2017, es de premio a la estulticia más severa. Estamos en mayo, hemos perdido seis meses, idas y venidas, premios y castigos, cambio de cargos y nervios…, para absolutamente nada de nada.
¿Quién diseña las tácticas políticas de la izquierda en este santo país llamado Aragón?
La nueva política ha sabido copiar al pie de la letra todas las zancadillas típicas de los viejos agoreros. Sabe manejar las “nadas” y los vacíos, como si llevara 30 años en esto. Es decir: ¡Joder qué mal!
Pero "los viejos" no aprendemos nada de nada. Venimos como de nuevos, nos duele que nos hagan lo mismo que haríamos nosotros o que hacemos en otras instituciones.
¿Estamos convencidos de que así no nos estamos cargando Aragón?
Y al final Podemos lo somete a votación horizontal para saber qué decisión tomar y votan cuatro gatos, que uno se pregunta si para este viaje hacía falta tantas alforjas mal explicadas. Claro que…, el PSOE con sus malas caras en las instituciones, sea el Ayuntamiento u otras, no ha sido capaz de nivelar los terrenos. Culpables todos, inocentes ninguno. Sufridores todos los aragoneses.
No aprendemos. Y una muestra se dió la semana pasado cuando reconocidos políticos dijeron en público y en voz bien alta, que aquella reunión foro en el Seminario: “Era la primera vez que se sentaban a analizar un asunto que afectaba en serio a la sociedad zaragozana”. Con dos cojones. Si esto es cierto, coño, no lo digáis pues da vergüenza reconocerlo.
¿De verdad desde la izquierda no se puede lograr una sinergia mayor entre quien sea, aunque sea pequeño?
Hay que hablar mucho más. Ya no sirve con hablar más. Hay que hablar MUCHO más. Y poner sobre la mesa las diferencias, que las hay. Y respetarlas todas, que no es imposible. Pero hablar. No jugar con el tiempo, pues al final estamos logrando que la única política válida en todo el Estado sea la de Mariano Rajoy, que sabe jugar con los “tempos” como el mejor.
Julio Puente