15.6.14

Voluntarios de Zaragoza. Hay que cuidarlos más; mimarlos más bien

Decía ayer el alcalde de Zaragoza Juan Alberto Belloch que el grupo municipal de los Voluntario de Zaragoza son el mayor patrimonio inmaterial de la ciudad, y es verdad. Tras seis años desde su creación para la Expo 2008 han demostrado no solo que fue una excelente idea sino que tiene músculo de trabajo, ganas de ayudar y muy buenas vibraciones sociales por su reconocido trabajo.

Saben los Voluntarios de Zaragoza que a veces han sido utilizados y no empleados, que a veces han tenido que decir NO a algún abuso, que su enorme trabajo es ayudar pero no el de restar puestos de trabajo. Lo saben y lo defienden.

Lo sorprendente de la idea fue el tamaño de la respuesta y su mantenimiento en el tiempo. Siguen siendo más de tres mil personas, dispuestas a ayudar a la ciudad cuando se les solicita y eso no tiene precio. Fueron en su nacimiento más de 35.000 personas.

Pero junto a los Voluntarios de Zaragoza hay otros muchos miles de voluntarios zaragozanos en otro tipo de actividades o trabajos de voluntariado, social, político, cultural, educativo, etc. Y no hemos recibido nunca ni una sencilla ayuda que nos demuestre que lo que hacemos vale. ¿A qué me estoy refiriendo?

Considero que las personas que son capaces de hacer funcionar un poco mejor una ciudad grande deberían tener una tarjeta identificativa que les sirviera para tener ligeros descuentos en actividades municipales. Por ejemplo entrar gratis en todos los museos de Zaragoza. Tener un descuento del 10% en las entradas a las piscinas. o en las tarjetas mensuales o anuales de los autobuses urbanos, etc. Efectivamente habría algunas personas que intentarían apuntarse al voluntariado por esos ligeros descuentos, pero para eso están los responsables. Y por otra parte sería lógico que esos zaragozanos que NO pueden o quieren participar en servicios voluntarios tuvieran que soportar un pequeñísimo 0,5% más del coste en piscinas, museos o autobuses para el 10% de descuento de los voluntarios que sí ofrecen su tiempo por todos los demás. Eso es compartir, es socializar los usos del tiempo y de las ganas. Es ayudar a compartir y a reconocer.