Vivimos el último aliento calentado por carbón y con
razón en una comarca desértica con abundancia de sol y viento. Sin embargo, no
se han autorizado en ella hasta la fecha demasiados usos de energías renovables
que han hecho rico hasta el cohecho al entorno de Zaragoza.
De las jubilaciones de oro, la silicosis, el pleno
empleo con agricultura PAC compatible a tiempo parcial en todo el Valle del
Martín y Guadalope, también en las Cuencas Mineras, a la única esperanza de las
punteras industrias de agroalimentación y los comercios-empresas endógenas de Alcorisa, Alcañiz y Calanda para no tener que
emigrar.
Balneario de Ariño, agua carbonatada,
creación de empleo femenino fundamental en las Cuencas Mineras
La reconversión minera hasta la fecha, nutrida por
el Fondo Especial de Teruel en poca medida, no ha podido llevarse a cabo.
Hay algunos brotes verdes como la elevación de aguas
de Ebro para la intensificación del olivo, melocotón y alfalfa, el balneario de
Ariño o el impulso social llevado a cabo por el Ayuntamiento de Andorra.
Pero es ilustrativo un estudio de profesora de la
Universidad de Zaragoza que he estado leyendo y que pone el acento en la necesaria transformación del capital
humano de la comarca. No solamente de esa…
El estudio concluye que el resultado de la
aplicación de los Miner hasta 2012 y no solo en Aragón, salvo excepciones como
Mequinenza que sí se ha reinventado por propia voluntad haría necesario tirar
la toalla debido a que las iniciativas hasta la fecha:
1.- No han contribuido a la expulsión hacia la
emigración a los mineros –siempre contratados por cuenta ajena con poco poder
de emprendimiento.
2.- Los programas formativos han sido concluyentes
en cuanto a la difícil inserción laboral de los mismos.
3.- Las iniciativas Miner no han permitido la
incorporación de mano de obra femenina a los sectores beneficiarios salvo
excepciones. Quienes fijan en el medio rural escuela y servicios.
La reducción de empleo mediante jubilaciones y bajas
incentivadas ha provocado la pérdida de población por retorno de mineros a sus
lugares de origen –Pakistán o España-, fijación de domicilio en la playa
–silicosis- o en Zaragoza, donde estudian sus hijos.
El no cierre de la térmica Andorra, pese a la
riqueza el subsuelo que no ha agotado sus vetas de carbón ni de lejos, solo depende
de legislaciones que se aprueban, que no se van a aprobar por efecto
invernadero, lejos de Aragón.
Chimenea e Instalaciones de Endesa
Andorra.
Uno de los símbolos de Aragón por ser su construcción humana más
visible
Diferentes expertos apuntan a aprovechar la potencia
de acumulación de tarta energética que tiene la comarca, líneas de alta tensión
y otras infraestructuras, apostando por las renovables y el mantenimiento de
parques solares y eólicos muy próximos a las líneas de evacuación mediante su
implantación en el desierto de Calanda-Andorra.
Lo que es claro y evidente –y es la verdadera
situación desesperada a taponar sin recurso público alguno- es que el goteo de
pérdida de población minera y empleada en el sector energético arrastrará al
sector comercial y de servicios de estos enclaves más pronto que tarde.
20/12 Luis Iribarren