14.12.16

Aragoneses: Grupo Val d’Echo


En las últimas entradas de la sección estoy poniendo el foco fundamentalmente en artistas aragoneses. Y quedan más. Prometo atender otros gremios y volver a los actores y actrices o investigadores e investigatrices, así como a panaderos o barrenderos que den ese plus, que llenen Aragón con solo respirar. Lo que no es muy raro ni difícil.
Pero ahora que hemos superado “La Escuela de Calor” que decía el zaragozano del Gancho: Auserón, es tiempo en el verdadero verano para Asia –y que nosotros llamamos veranillo-, superados los calores tórridos, las efervescencias y los amores de verano de los zagales de los pueblos, de poner el acento en la base.

Otoño en Oza. Se están muriendo muchas hayas este año por la sequía. Disfrutémoslas hasta que el cambio climático que no existe…
La base de la Val d’Echo en cualquier manifestación cultural –lengua, indumentaria, folklore- es una de las principales referencias en Huesca de amor por la cultura y las tradiciones propias. Y puede sin exagerar que en Europa.
Así, junto a la histórica alcaldesa de San Chuan de Plan: Josefina Loste, el Carnaval de Bielsa, los Amigos del Serrablo, los Titiriteros de Binéfar, la Ronda de Boltaña, el Grupo Val d’Echo –juntamente con Os Chotos de Embún- permite que la montaña oscense cuente con un patrimonio de la “pirenaidad” humano material bien importante. Como dice un amigo en Berdún, porque hay que tener otro trabajo después del trabajo. El que ames: cazar, rehabilitar iglesias, cantar… hacer Aragón.
Grupo Val d’Echo. Con la preciosa indumentaria chesa.
Asinas, estos maravillosos músicos populares chesos al calor de los fogariles en el día corto, como toda la vida del Señor, maquinan canciones que se convertirán en himnos en las rondas de verano. Que serán conocidos y se expandirán hasta el último rincón donde nazca la última persona con origen, matriz y raíz en la montaña. Que cuentan historias relacionadas, además, con sucesos acontecidos en sus lugares.
Ahora que llegamos a estos núcleos y parece que no haya vida, el Grupo Val d’Echo, el coro de Berdún o la ronda de Boltaña están quedando los martes y los jueves, recibiendo clases de música, colaborando con el Orfeón Jaqués, tejiendo sin ruido vida. Mayor calidad de vida que la urbana en ocasiones. Son el telar de la esperanza, donde se liman las asperezas de enfrentamientos sin sentido en los ayuntamientos.
Norabuena ta toda la chen que participé de lo Grupo. Os dejo con una parte de la letra de “Lupercio lo Bandolero”, dedicada a Lupercio Latrás, fascinante cheso que tendrá otra entrada en Aragoneses. Con Domingo Miral del que ya escribimos, será la tercera para Echo. No es casualidad.
Fambre pasaban los chesos
en lo siglo dieciséis
pos naceba muita chen
d'alto enta baxo lo reino.
11/10 Luis Iribarren.
Dedicado al desierto demográfico donde no es el Pilar. Lógicamente, esto no incluye a Fraga, ni Calanda, ni Puente Sardas –Sabiñánigo-, última fiesta de la Montaña.