En las
últimas entradas de la sección estoy poniendo el foco fundamentalmente en
artistas aragoneses. Y quedan más. Prometo atender otros gremios y volver a los actores y
actrices o investigadores e investigatrices, así como a panaderos o barrenderos
que den ese plus, que llenen Aragón con solo respirar. Lo que no es muy raro ni
difícil.
Pero ahora
que hemos superado “La Escuela de Calor” que decía el zaragozano del Gancho: Auserón, es tiempo en el verdadero
verano para Asia –y que nosotros llamamos veranillo-, superados los calores
tórridos, las efervescencias y los amores de verano de los zagales de los
pueblos, de poner el acento en la base.
Otoño en Oza.
Se están muriendo muchas hayas este año por la sequía. Disfrutémoslas hasta que
el cambio climático que no existe…
La base de la
Val d’Echo en cualquier manifestación cultural –lengua, indumentaria, folklore-
es una de las principales referencias en Huesca de amor por la cultura y las
tradiciones propias. Y puede sin exagerar que en Europa.
Así, junto a
la histórica alcaldesa de San Chuan de Plan: Josefina Loste, el Carnaval de
Bielsa, los Amigos del Serrablo, los Titiriteros de Binéfar, la Ronda de
Boltaña, el Grupo Val d’Echo –juntamente con Os Chotos de Embún- permite que la
montaña oscense cuente con un patrimonio de la “pirenaidad” humano material
bien importante. Como dice un amigo en Berdún, porque hay que tener otro
trabajo después del trabajo. El que ames: cazar, rehabilitar iglesias, cantar…
hacer Aragón.
Grupo Val
d’Echo. Con la preciosa indumentaria chesa.
Asinas, estos
maravillosos músicos populares chesos al calor de los fogariles en el día
corto, como toda la vida del Señor, maquinan canciones que se convertirán en
himnos en las rondas de verano. Que serán conocidos y se expandirán hasta el
último rincón donde nazca la última persona con origen, matriz y raíz en la
montaña. Que cuentan historias relacionadas, además, con sucesos acontecidos en
sus lugares.
Ahora que
llegamos a estos núcleos y parece que no haya vida, el Grupo Val d’Echo, el
coro de Berdún o la ronda de Boltaña están quedando los martes y los jueves,
recibiendo clases de música, colaborando con el Orfeón Jaqués, tejiendo sin
ruido vida. Mayor calidad de vida que la urbana en ocasiones. Son el telar de
la esperanza, donde se liman las asperezas de enfrentamientos sin sentido en
los ayuntamientos.
Norabuena ta toda la
chen que participé de lo Grupo. Os dejo con una parte de la letra de “Lupercio
lo Bandolero”, dedicada a Lupercio Latrás, fascinante cheso que tendrá otra
entrada en Aragoneses. Con Domingo Miral del que ya escribimos, será la tercera
para Echo. No es casualidad.
Fambre
pasaban los chesos
en lo
siglo dieciséis
pos naceba
muita chen
d'alto
enta baxo lo reino.
11/10 Luis Iribarren.
Dedicado al desierto
demográfico donde no es el Pilar. Lógicamente, esto no incluye a Fraga, ni
Calanda, ni Puente Sardas –Sabiñánigo-, última fiesta de la Montaña.