Muchos de ustedes (no) saben que en el centro de Zaragoza tenemos una fábrica de armas, de bombas más bien, de donde han salido las famosos bombas de racimo hoy prohibidas (dicen) en todo el mundo. Esta fábrica española, Instalaza S.A., diseña y fabrica material militar sobre todo para infantería, pero en un secreto tal vez lógico del que no se puede salir. Sabemos que ahora su fuerte es la fabricación de lanzacohetes, una vez que las bombas de racimo han quedado prohibidas, pero también las granadas de mano Alhambra con un modelo que lleva adosadas bolas a la carcasa para ser más letal.
¿Es lógico tener una fábrica de armas en pleno centro de Zaragoza? Pues efectivamente no, pero aunque se ha intentado desde el Ayuntamiento de Zaragoza su desplazamiento, siempre han encontrado un problema insalvable. Ellos y tras un convenio firmado con el Ayuntamiento y hoy en suspenso se irían de allí, pero con unas condiciones tremendas, pues querían la garantía de que tras la recalificación urbana de los terrenos, se les iba a permitir construir una densidad de viviendas que se salía de la lógica habitual. Querían un gran “pelotazo” urbanístico.
Pero hay que entender a Instalaza. Todo hay que decirlo. Ellos son de esas empresas que buscan el negocio y el beneficio a lo grande. Tanto que cuando se prohibieron las bombas racimo presentaron una demanda al Estado español por lucro cesante. Lo de menos es saber que en aquel momento Pedro Morenés, hoy Ministro de Defensa en España, era su representante en la empresa. Lo curioso es tener los arrestos de presenta este tipo de demandas, que efectivamente perdió la empresa.