La gente de Ahora Aragón en Común quieren la confluencia con Podemos como elemento básico, por el enorme trabajo que supone poner en marcha un partido político, para disolverlo antes de que jurídicamente nazca y se retire de la carrera por la política real. Es decir, son las liebres del proyecto para que exista una confluencia de la izquierda primero en Aragón y luego en toda España. Lo lanzan y cuando funcionen en velocidad se retiran. Lo ha realizado con ZeC hasta que han visto ellos mismos que también pueden volar por libre. Algo por otra parte lógico aunque ya saben que muy costoso de trabajo previo, sobre todo si creen con todas sus fuerzas en la horizontalidad. También quieren la confluencia conZeC, Equo, IU y CHA, pero a esa le dan menos importancia pues saben que sin la de Podemos, el resto tiene menos potencia, aunque sea al final el escenario más posible.
Pero no es lo mismo edificar un proyecto para un Ayuntamiento aunque sea grande, que entrar en el Congreso de los Diputados de Madrid e intentar gobernar. Allí sí se necesita confluir con fuerza, con grandes equipos, olvidando los círculos pequeños y abrazando los círculos máximos aunque algunos de ellos sigan siendo territoriales. Allí se necesita la potencia de Podemos, de IU, de CHA, de sus cuadros políticos ya rodados y funcionando a todos los niveles.
La confluencia que desean los de Ahora Aragón en Común la deben buscar primero en su propia casa, en su propia ciudad, y luego hacia Madrid o Valencia, Sevilla o A Coruña. Pero la gente de Podemos Aragón, con Echenique a la cabeza, no quieren confluir con equipos más pequeños que ellos, aunque asuman que tienen muy buenas ideas y grandes dosis de trabajo y excelentes cuadros ya rodados. Ellos creen que para la nueva política se bastan y se sobran ellos solos. Otra cosa sería que Ahora Aragón en Común tuviera ya un tamaño (y no hablo de personas sino de capacidad para movilizar votantes) que pudiera hacer sombra o crear problemas a un Podemos que de momento prefiere caminar en solitario.
Pero hay que asumir que Podemos representa hoy algo mucho más importante que un grupo de políticos nuevos. Es también para muchos grupos sociales, sindicales o agrarios el posible futuro. Son “lo diferente”, y asqueados de lo viejo con quien nunca han logrado entenderse de verdad, abrazan la posibilidad de trabajar con los nuevos, de intentarlo al menos. Y la gente de Podemos se sabe querida y necesaria. Y eso es complicado de revertir, y sobre todo muy complicado de lograr por igual y ser creíbles desde otros grupos, partidos o posibilidades. En el mejor de los casos los grupos organizados de la sociedad te pueden considerar muy buenos “amigos”, pero desgraciadamente —y por culpa de la sociedad que no nos vota con energía al resto—, también incapaces. Y esa es la diferencia con el Podemos de hoy; que los compañeros de sociedad y de izquierdas los consideran menos amigos, pero más capaces que al resto, por su poder iniciativo aunque de momento sea casi provisional pues no está claro que resulte importante al final de este año.
Julio M. Puente Mateo
Julio M. Puente Mateo