Son los paseos del parque José Antonio Labordeta, en un trabajo artístico casi callado que nos muestra que pasear también puede ser leer, sentirse bien, recordar, recapacitar. Ví el Parque Grande, el parque José Antonio Labordeta, mejor que otras veces. Le falta inversión, sin duda, pero estaba más limpio y cuidado. En realidad lo valoramos poco, pero queda mal decirlo. No solo es un gran pulmón, sino sobre todo un gran juguete para adultos, donde deberíamos aprender más a pasear, a tumbarnos en la hierba, a escuchar la voz de los pájaros.
Recordaba ayer que en mis años de niño la zona del paseo de los plataneros se llenaba los fines de semana de cientos de familias que iban allí a pasar la tarde con sus fiambreras, a cenar y a juntarse con primos, hermanos o padres, al fresco de la sombra y la tierra y hierba. Ayer había bastante gente paseando y haciendo deporte, usando el parque, que para eso están en todo el mundo.
Lleva demasiadas décadas con labores solo de mantenimiento y con algunos arreglos que no siempre han sido un acierto. ¿Alguien se acuerda de cuando en la zona baja de las piscinas hubo una gran exposición floral y de jardineria, muy grande y extensa, que al final quedó en nada? El parque debería ser un ejemplo de jardineria, de la que no debemos olvidarnos, Zaragoza fue una ciudad que lideraba esta actividad. Estaoy hablando de hace entre dos y tres décadas.