Con tres decisiones fundamentales. Seguir reuniéndose en el futuro, crear una red de ciudades de acogida y advertir que su éxito o fracaso, su labor, nada tiene que ver con Podemos, pues ellos NO son de Podemos.
Cualquier de las tres decisiones son fundamento de la nueva forma de entender el papel de los Ayuntamientos, minusvalorado en las últimas décadas. La nueva política también está llegando a la forma mçás básica de hacer política, a los lugares desde donde emana la base de la democracia, al municipalismo, a la ciudad donde viven los ciudadanos. Estas ocho localidades representan 6,4 millones de ciudadanos. Una cantidad considerable pues es casi el 14% de la población total de España.
Me consta que las dudas atenazan a estos nuevos Ayuntamientos: mucho respeto ante lo que se han encontrado, miedo (como poco) a trabajar con otros partidos políticos pues equivocadamente creen que es imposible, sensación de que no deben dejar que nadie usurpe el importante papel de futuro que todos ellos representan. No deben perder la sensación de ser diferentes a todo lo conocido, pero a su vez saben que deben ser capaces de hacer funcionar y bien lo que hasta ahora ha funcionado mal y de forma abusiva. Asuntos estos nada fáciles.