Todos los partidos políticos tienen derecho a equivocarse: en las declaraciones de algunos de sus dirigentes, en las acciones de grupo, en las firmas de documentos, en sus reuniones de apoyo o en sus malas elecciones del momento. CHA también.
A veces las equivocaciones banales tienen un peso muy importante que sólo se ve una vez que otros te las refriegan por los morros. Otras veces resulta más complicado tener que decir NO a decir SI, pero en la complicación bien elegida es donde te aprueban o te suspenden. En la vida hay que saber elegir a los amigos, mirar de reojo a los que te miran de reojo y observar quien no acude a las bodas. Así los errores son menos. Aunque siempre existe el peligro.
Yo en varias ocasiones he dicho que estoy a favor del derecho a la autodeterminación y en contra del independentismo e incluso del nacionalismo poco amable. Y lo repito, claro. En estos tiempos raros, más a más. ¿Quien me manda a mi meterme en una mesa de serios, que parece sacada del siglo XIX excepto por las camisas, rodeado de señores que ningunean a mi sociedad, para firmar un documento que apoya sus ideas, dado el momento?
Si acaso y tras explicar muy bien y con anterioridad a toda mi gente, puedo firmar esa declaración si estamos TODOS y en otro momento. Pero allí ni estaban todo ni ahora tocaba. Mientras ERC me quiere tangar mi respeto, me sigue sisando en los mapas mi territorio, yo voy y les firmo un papel que solo sirve para salir en portada en los medios aragoneses. Me da que he hecho un pan como unas hostias.
Estoy a favor del divorcio, desde hace décadas, pero me jodería que mi señora me lo pidiera y yo y sin que ella me lea, no se lo voy a pedir excepto cuando me llamen los demonios. Pero estoy totalmente a favor de la libertad de divorciarse. Y de la de buscar otro trabajo, otra vivienda, otra ciudad para vivir y otra nación para morir. A ser posible de forma amable y sin mucho ruido. Aunque por desgracia casi todos mis familiares y amigos que se han divorciado han salido trasquilados ellas y ellos. Los hijos más todavía.
Así que a la hora de buscar amigos para la foto, por favor, seamos consecuentes con el momento, con los que están y los que no están, con la conveniencia de ser monaguillo en las misas de ceremonia, con las consecuencias que trae ir de convidado de piedra sobre todo si el regalo sale muy caro. Ir para nada, es tontería.
Julio M. Puente Mateo