4.9.15

Es obligatorio reaccionar con urgencia desde Europa

Viaje con destino a la muerte. La imagen del cadáver de Aylan, el pequeño de tres años en una playa turca, ejemplifica todo el gran drama, en ese éxodo de millones de seres humanos huyendo del terror y de la hambruna.  El caos del mundo islámico en Siria, Irak o Afganistán afectan de una manera brutal al resto del mundo.  

Dictadores como Isaias Afeworki en Eritrea, Al Shabab en Somalia o  enajenados como Boko Aran en Nigeria, entre otros, someten a la esclavitud y la miseria a su pueblo, donde solo la huida les da alguna esperanza de sobrevivir. Mientras Europa ¿qué hace al respecto en ese holocausto de millones de personas que consiguen cruzar el Mediterráneo en esa desesperada huida? Muy poco.

Cierto que en la Comunidad Europea la pobreza llega a decenas de millones de personas que malviven en una economía desigual, pero salvar vidas humanas, ha de ser objetivo común de todos los gobiernos que integran Europa.

No vienen "a robarnos", como tampoco lo hicieron los miles de españoles que  dejaron España en 1939. Evitar la entrada de esas pobres gentes colocando muros y alambradas o limitarse a rezar por ellos,  es inhumano. No lo es menos, los ridículos topes de acogida que se ponen los estados comunitarios, mientras otros países próximos a la tragedia, de economías muy inferior acogen en campamentos a parte de esos refugiados y exiliados.

El derecho internacional obliga a acoger a refugiados que escapan de la guerra, pero también es derecho moral proteger a los que lo hacen por hambre. La disposición de algunas ciudades españolas como Zaragoza para acogerlos y siempre que el gobierno central aumente su ridículo cupo, me parece un primer paso para una ayuda real y no solo papel mojado.

Daniel Gallardo Marins