Una nueva explosión en estas últimas décadas de la Pirotecnia Zaragozana, ha llenado de luto a esas gentes que trabajan y viven en su entorno. Es una fábrica que no ha reparado medios para lograr mayor seguridad en sus instalaciones, intentando evitar hechos anteriores. Ha recibido premios y prestigio a nivel mundial en estos años, pero eso no ha sido suficiente para evitar la tragedia.
Riesgo cero no existe, a pesar de la gran cualificación de sus trabajadores, pero cuando se trabaja con pólvora, pura química y reacciones explosivas que en algún momento pueden descontrolarse, la dificultad aumenta.
Sea cual sea la causa, los técnicos darán respuesta el triste hecho que ha llenado de luto y dolor a familias enteras. Tiempo habrá para conocer las causas de cómo y por qué se produjo tal explosión y esa fatídica onda expansiva. Nada podrá devolver la vida a quienes la han perdido y nada podrá consolar a sus familiares que tendrán que enfrentarse a esa brutal pérdida.
Apoyarles en estos momentos, desde la cercanía y el cariño de familiares, vecinos y amigos ha de ser ahora el respaldo moral que tanto necesitan. No menos para los heridos que se encuentran hospitalizados, deseándoles una pronta recuperación. Yo me sumo de todo corazón a este deseo.
Daniel Gallardo