Ha comenzado en el barrio de San José de Zaragoza una campaña de
dinamización del comercio de proximidad, como antes se realizó en el Rabal,
Torrero o en La Jota, con resultados buenos. No siempre muy buenos.
En San José han detectado que un 30% de
los comercios pequeños han tenido que cerrar, algo que podemos comprobar
también en Las Fuentes o en aquellos barrios con gran tradición en comercio de
proximidad que están sufriendo la crisis junto al empujón negativo que supuso
en la anterior década el cambio de modo de compra de los vecinos, que ahora
parece volver al comercio y servicio de proximidad si este ha sabido adaptarse
a los nuevos tiempos, con más calidad, mejores servicios y precios normales.
Desde los barrios se está potenciando la
relación con el comercio, asesorando y propiciando las agrupaciones
comerciales, para que formen equipos de trabajo que sepan defenderse mejor ante
los grandes Centros Comerciales, que no siempre cumplen su papel de la forma en
que necesitan los vecinos.
En los barrios el comercio de proximidad
además de dar servicio rápido y cercano, ayudan a integrar zonas, a dar
seguridad, o a crear centros de atención dentro de cada uno de ellos, a modo de
puntos o plazas centrales donde los vecinos de la zona crean sinergias de
consumo y de servicios. Unos llaman a otros, y lo que es igual, el cierre de
unos ayuda al cierre de los otros. Por eso es importante que los propios
vecinos comprendamos la importancia para nuestra zona de vida de todo tipo de
servicios y comercios. Mueven frecuencias de transporte público, actividades de
comercios de todo tipo, y la posibilidad de instalar nuevos servicios allá
donde vaya la gente.
Sirven como dinamizadores los comercios
minoristas, los servicios profesionales, los comercios ambulantes controlados,
los servicios de restauración y bares, las empresas pequeñas y medianas de
servicios, la diversidad en los comercios, la especialización en alguna
temática concreta, las acciones puntuales de fin de semana, las ferias internas
y cercanas que muestren la totalidad de los servicios del barrio, el diseño de “ejes” de barrio que
señale las zonas de más afluencia de las personas en sus movimientos dentro de
los barrios, la mezcla de pequeñas zonas comerciales y zonas de ocio, la
dinamización de la vida cultural y de ocio dentro de los propios barrios para acostumbrar
al vecino a no tener que salir —si no quiere— en busca de los básico en todo
tipo de actividades y consumos.