La Universidad de Zaragoza y Aragón, la
pública e importante, no tiene quien la cuide. Un año más la DGA congela sus
presupuestos aportados lo que complica enormemente su calidad educativa, sus posibilidades
de buscar la excelencia que aporte a Aragón algo más que un montón de
licenciados del montón.
No mimar a las Universidades es jugar con
el futuro de las sociedades, pues represente el empobrecimiento de las zonas
donde se asientan. Hay ciudades que exclusivamente viven para y por sus buenas
y cuidadas Universidades, sabiendo que son auténticas empresas de innovación,
de reinversión, de investigación y de beneficio social. Pero Zaragoza y Aragón
ha decidido no apoyar a su Universidad pública de Zaragoza para dar aire a “su” Universidad
privada de San Jorge.
Bueno, la responsabilidad es de los
ciudadanos, una vez más.
Se queja la Universidad de Zaragoza de
que su presupuesto es claramente insuficiente desde hace varios años. No logra
respuestas positivas por muchas reuniones que tenga con los políticos de la DGA.
Para el próximo año no hay ni un euro para infraestructuras mientras Filosofía
y Letras necesita una reforma urgente por problemas graves.
Mientras que en el resto de España sus gobiernos
aportan una media del 66% de los presupuestos de las Universidades, en Aragón esta
cifra se queda en el 55%. En los últimos seis años se ha reducido la aportación
de la DGA en un 19% dejándose de ingresar unos 37 millones sobre los que se
esperaba obtener de haberse mantenido las aportaciones del Gobierno de Aragón en
los términos ya muy justos de años anteriores.