La Expo 2008 nos dejó en Zaragoza muchos
edificios a medio gas. Precioso para hacer fotografías, pero que seis años
después siguen estando a medio gas, es decir, envejeciendo sin dignidad.
Los más bobos dicen que es culpa de la crisis. Son
bobos no por decirlo, sino por pensar que nos lo estamos creyendo. Pero
Zaragoza soporta bien estos vacíos. Estamos acostumbrados a los vacíos. No es
que tengamos madera de sufridores, es que tanta insistencia por jodernos nos
han convertido en dóciles. Sí, sé que es el Palacio de Congresos y que se
emplea mucho más de lo que se sabe. Pero antes ya habíamos inventado el
Auditorio, que no se nos olvide, y también lo empleábamos muy bien para los
Congresos de Zaragoza, que hay que seguir potenciando pues hemos demostrado que
lo sabemos hacer muy bien.