13.11.14

“Hacia un modelo educativo aragonés” O el largo viaje a la excelencia educativo

Ayer Heraldo de Aragón entrevistaba a Jesús María Jiménez Sánchez, hace unos días era El Periódico de Aragón quien preguntaba al profesor por parecidos temas, inspector de Educación con varios libros editados sobre la educación siendo el último Hacia un modelo educativo aragonés” es un gran conocedor de la educación aragonesa. Veamos algunas respuestas de sus entrevistas.


—¿Qué rasgos caracterizan a la educación aragonesa?

—Por un lado, la cuestión demográfica, porque vivimos en un territorio extenso, poco poblado, escasamente jerarquizado y con una población envejecida. También la existencia de comarcas, ya que la ordenación territorial aragonesa exige un replanteamiento de competencias y responsabilidades entre la administración regional y las entidades locales. Las lenguas propias también son una característica, ya que la escuela en Aragón no puede soslayar que en ciertas zonas se hable catalán y aragonés.

La dispersión dificulta y encarece la prestación de servicios públicos, incluido por supuesto el educativo, pero cerrar una escuela supone a medio plazo cerrar un pueblo. Y no hay que olvidar que la escuela rural ha sido siempre la punta de lanza de la renovación pedagógica en la educación aragonesa y de las escuelas rurales han surgido las innovaciones más sólidas y con mayor proyección.

El proceso de descentralización iniciado en España a raíz de la Constitución española de 1978 posibilita que las comunidades, en el ejercicio de las competencias reconocidas en sus Estatutos, desarrollen proyectos educativos diferenciados dentro del marco español, pero según se desprende de la investigación que he realizado no existen diecisiete sistemas educativos diferentes, por mucho que algunos digan lo contrario. Lo que existe es un único sistema educativo con el suficiente grado descentralización que posibilita que cada comunidad, como es el caso de Aragón, pueda desarrollar un proyecto propio diferenciado que solo a medio plazo podría desembocar en un modelo educativo autonómico.

El proyecto aragonés es un modelo inacabado. Necesita tiempo, estabilidad política, buen ambiente en las aulas y una cierta complicidad de padres y profesores. Tenemos excelentes docentes, aunque su trabajo no sea suficientemente reconocido y muchos estén desencantados. Un proyecto educativo, el que sea, solo sale adelante si cuenta con la complicidad del profesorado.

—¿Cuál es su modelo educativo?

— A mi me gustaría que hubiera educación, no solo enseñanza. La enseñanza es solo una parte. No se puede planificar igual el sistema educativo en una gran ciudad que en un medio rural, o cuando tienes una sola lengua o tienes varias. 

Yo creo que la descentralización es positiva si se emplea bien. Hoy la educación tiene demasiada carga de ideologías y deberíamos ponernos de acuerdo en cuatro o cinco cuestiones básicas, como si hizo en los países nórdicos y que no se toquen esté el Gobierno que esté. Habría que hacer un trato entre profesores y familias de manera que se fiaran mutuamente. 

Hoy, profesores del siglo XX educan a alumnos que se jubilarán en el año 2060, ¡y a veces con esquemas del siglo XIX! La escuela no puede estar ajena al ordenador, al móvil y seguir con las mismas matemáticas, con el mismo análisis sintáctico.

La fotografía es de Chus Marchador