Os voy a dejar este cartel, dibujo de Ramón Acín del año 1925. Tenía pues 37 años cuando lo realizó y sin duda era un admirador de Joaquín Costa como intelectuales aragoneses que eran ambos.
En este siglo XXI no estamos valorando nada la figura de Costa, con sus luces y sombras como debe tener todo gran personaje histórico, pero que sin duda marcó una época en el Aragón que necesitaba crecer, ser, formarse. Un enorme defensor de la educación pública, como Acín.
El lema del dibujo es contundente:
Joaquín Costa: Cantera inagotable de enseñanzas y remedios para la Patria
Morir con 65 años es una lástima para todo un Aragón tan necesitado de grandes pensadores. Pero también es un gran duda, pues dejó su trabajo inacabado, y su definición ideológica siempre ha sido compleja de entender.
Fue promotor entusiasta del movimiento intelectual “regeneracionista”, un grupo de intelectuales y políticos que propugnaban el fin del caciquismo y para acabar con él proponían luchar contra la corrupción, fomentar la escuela y la cultura pública, reducir la pobreza y europeizar a los ciudadanos. Este pensamiento es sin duda sencillo de comprender, pero la totalidad de su pensamiento no tanto pues sus críticas al sistema político le dejan siempre con dudas.
Un intelectual que critica con vehemencia el conformismo de la sociedad, la corrupción de los políticos, la pasividad de los ciudadanos, y que apoye con decisión un estado laico, una educación mejor repartida, una reforma agraria brutal para que los campesinos puedan controlar su propio trabajo, y que a la vez diga que antes que libertad es necesario trabajo y educación, cuando menos resulta en el siglo XIX un personaje revolucionario.
Julio Puente