Decía Nelson Mandela “Una nación no debe juzgarse por cómo trata a los ciudadanía con mejor posición, sino por cómo trata a los que menos tienen” Esta frase del que fuera abogado, activista y político sudafricano resume el comportamiento de éste y anteriores gobiernos en función de unas u otras comunidades autónomas.
Gobiernos que han permitido por intereses partidistas, dividir el Estado entre quienes son privilegiados y los que no, dando a ciertas comunidades la exclusividad como nacionalidades históricas y a otras, como la aragonesa, se nos desposee de nuestra propia historia ya que, al parecer, hemos surgido por generación espontánea.
Hete aquí, que hasta el mismo Podemos opina así, partido para el que Galicia es nacionalidad histórica y Aragón no. Y como aquí todo va de pactos, exclusivamente por la necesidad de los votos, tanto PP como PSOE, se bajan los pantalones en el gobierno que haga falta.
Y no lo digo yo, es la misma frase coloquial para ceder y humillarse, que empleó Rajoy para definir a Zapatero en su día.
En el Congreso, todos menos C's y Compromís, han aprobado el Cupo Vasco, cuando más honesto y lógico hubiese sido llegar antes a acuerdos para la financiación con las demás comunidades. Pero han preferido mantener los vestigios del pasado por los que el Estado no recauda directamente los impuestos en País Vasco y Navarra.
Vascos y Navarros pagan sus impuestos a sus respectivos gobiernos y luego estos pagan al Estado lo que acuerden aportar.
Eso permite, entre otras cosas, dedicar en el presupuesto para educación por alumno, el doble que en Aragón. O sea, nosotros los patriotas altruistas aragoneses, a pagar a Madrid para ser gestionados desde la Capital del Reino y de paso también, engordar el Cupo, ya que nuestro dinero también sirve para aumentar la caja común, salvo algún tributo que nos dejan gestionar.
Y mientras se decide la financiación autonómica, y como la cosa está chunga para hacer caja, nuestro consejero de economía del Gobierno de Aragón nos mete más presión con el ICA y con los impuestos de sucesión. ¡Yo también quiero ser vasco!
Daniel Gallardo Marin