Hoy es un mal día para la ciudad de Zaragoza, aunque salga el Alcalde Santisteve alegre pensando que las votaciones de la Ley de Capitalidad se han ganado. En realidad los negociadores por parte de la DGA han ganado por goleada a los negociadores del Ayuntamiento de mi Zaragoza. Y no quiero entrar ni en detalles, ni en cifras, ni de lo que pedían unos cuando eran Concejales y lo que defienden ahora que son Consejeros. No.
Quiero pensar, que como todas son personas inteligentes y políticamente responsables, saben bien qué se ha firmado, qué necesidades tiene Zaragoza ciudad, y qué representa esta Ley para Zaragoza e incluso para Aragón.
No equivocamos viendo a Zaragoza como madrastra mala. Nos equivocamos no entendiendo el futuro de Aragón, sobre qué bascula, qué necesita, hacia donde se va a mover. Muchas veces, excesivas, nuestro pensamiento rural se mezcla con el ceporro y nos sale un ramalazo de incapacidad que asusta. Y me da igual donde se viva, de donde son nuestras pilas bautismales, hacia donde creemos que vamos.
Aragón necesita una Zaragoza fuerte, pero se empeña en tener una Zaragoza dominada, plegada, incapaz, parecida al resto de Aragón, pensando que así se tiene más Aragón. Nadie se da cuenta de que en Zaragoza ciudad viven muchos aragonesea que han abandonado sus poblaciones de origen, y que odiándolas tanto como para abandonarlas, no saben abrazar a Zaragoza, por asco o por remordimiento.
Nuestros vecinos territoriales lo ven de otra forma y actúan en consonancia. Valencia no puede ser igual si no bascula sobre Valencia ciudad que junto a su Sagunto son el motor, Cataluña sobre Barcelona Metropolitana, y en el resto de los casos no es así por tener en sus respectivos territorios al menos dos ciudades de muy parecido tamaño y potencia. A veces llenas de envidias.
Galicia tiene a La Coruña y Vigo, el País Vasco pivota sobre Bilbao y Donostia, en Castilla son Valladolid y León los que saben pelearse entre ellos, Extremadura tiene hasta siete localidades mayores de 25.000 habitantes y dos capitales de 100.000 que no fueron capaces de ponerse de acuerdo sobre la capitalidad y se la dejaron a Mérida, o en Andalucía tienen varias ciudades que saben frenar a Sevilla y que Andalucía sea plural en ciudades.
Pero en Aragón solo tenemos a Zaragoza. Os pongo un ejemplo complicado de asumir. En Extremadura tienen 200.000 habitantes menos que en Aragón, pero disponen de 7 localidades mayores de 25.000 habitantes. En Aragón solo tenemos 3 localidades mayores de ese tamaño (o 4 si contamos con Calatayud, que bascula justo en el límite).
¿La culpa la tiene Zaragoza o la tienen los habitantes de Aragón que se quieren ir a Zaragoza en vez de irse a Calatayud, Monzón Barbastro, Ejea, alcañiz, Fraga, Jaca, Tarazona, Caspe, Binéfar o Sabiñánigo?
La distancia entre Zaragoza y Huesca en población es de 14 veces. Las dos principales localidades de Aragón. Y la culpa parece tenerla Zaragoza, como si esta ciudad fuera una persona física que atrapa y retiene. No hay en ninguna otra Comunidad esta tremenda distancia entre la primera y la segunda localidad, excepto Madrid con Móstoles cuya diferencia es de 15 veces. Y eso lo queremos resolver odiando a Zaragoza. Vamos bien.
Julio Puente