El 11 de diciembre del año 1932 el periódico ABC publicaba
esta nota sobre el crecimiento de la ciudad de Zaragoza y la necesidad de
ampliarse la ciudad, creando dos nuevas zonas de parcelación urbana, sobre lo
que entonces se conocían como los términos de Miralbueno y Miraflores.
El primero intentaba plantear el crecimiento desde la Gran
Vía hacia la Romareda y el segundo desde el Paseo de la Constitución hacia el Camino
de Las Torres y San José.
Este planteamiento sobre la necesidad de ordenar el
crecimiento, terminó con el Plan General de Ensanche de Zaragoza del año 1934,
realizado por Miguel Ángel Navarro Pérez, del que la IFC realizó una
publicación este 2013, acompañado de un estudio crítico del mismo por Ramón
Betrán Abadía.