Sobre el proyecto de Línea 2 de tranvía en Zaragoza hay que ser sinceros
ante todo. De momento no se puede realizar por mucho que insista el señor
Alcalde en sacarla a concurso antes de que se presente a las siguientes
elecciones municipales. ¿Tiene algo que ver lo uno con lo otro?
Avisa (de entrada) que tendría que ser una empresa
totalmente privada quien se dedicara a ello, es decir sería una empresa
distinta a la actual del tranvía, pues en esta están como socios el
Ayuntamiento y al DGA.
Los 200 millones necesarios parecen muchos para que una
empresa privada apueste por la rentabilidad, sobre todo por el sistema de
compensación del Ayuntamiento que es bien distinto al que se tiene firmado con
los autobuses urbanos y bastante peor para la empresa concesionaria. Y el
barullo que se crearía en Zaragoza con varias empresas distintas gestionando el
mismo servicio e incluso utilizando una parte del material que es de otra, pues
la segunda línea pasaría por zonas ya instaladas por la primera, parece de lío
complejo para creer en su viabilidad.
Otra gran duda es si Zaragoza necesita ampliar sus líneas de
tranvía, sumando sus éxitos y sus fracasos. El tranvía es cómodo pero también
es crítico con las averías. Es más barato para la ciudad (esto no se sabe bien,
pero al Ayuntamiento le vendría mejor un sistema de compensación como el del
tranvía en vez del utilizado en el autobús) pero hay que tener siempre muy
claro que el tranvía supone quitar líneas actuales de autobuses.
Los que están (estamos) a favor del tranvía tenemos que
tener muy claro que tras su funcionamiento se eliminan líneas de autobuses y esto a veces
es muy complicado de asumir con facilidad social. El autobús también tiene sus
ventajas. Nunca una avería bloquea el camino; se puede ir adaptando su
recorrido según se trasforma la ciudad con suma facilidad; “estorba” menos al
resto del tráfico. De momento y sin dinero ni apuesta firma desde el
Ayuntamiento, no saldrá la segunda línea NUNCA. Por cierto, parte de los
vecinos de Delicias y Conde Aranda y sus representantes actuales, no están de
acuerdo con el tranvía.