Posiblemente había que efectuar una Reforma Local con una
ley nueva que sobre todo normalizara competencias y no las dejara duplicar con
suma facilidad. Incluso es posible que hubiera que hacer una Reforma Local para
evitar algunos usos municipales mezclados con empresas públicas o de nueva
invención o similares, que sonaban cuando menos a “raras” o para gestionar
mejor el trabajo público municipal.
Pero toda Reforma Local requiere cuando menos un consenso,
un análisis profundo, una diferenciación clara entre Ayuntamientos incapaces
por su tamaño y Ayuntamientos cabeceras de comarca, y no digo nada de aquellos
Ayuntamientos mayores de 500.000 habitantes, que deberían tener unas
competencias muy distintas y amplias.
Los Ayuntamientos son el primer contacto del ciudadano con
las Administración. Donde más cerca tiene los servicios, donde más servicios se
prestan, donde más se puede uno quejar o incidir sobre los mismos es en los
Ayuntamientos. Pero ahora todo esto se difumina que es lo grave y se suprimir
en parte, para pasar a ser competencia de las Autonomías o de las Diputaciones.
Sería enorme el listado de servicios que el Ayuntamiento de
Zaragoza pierde de llevarse a cabo una Reforma Local con los parámetros
planteados en este Proyecto de Ley. Sobre todo si el Ayuntamiento de Zaragoza
decidiera llevar a su lógico desarrollo toda la ley y la respetara al máximo.
Los zaragozanos nos íbamos a quedar de piedra leyendo el listado y la DGA
incapaz de atender las necesidades, aunque sobre el papel digan que si.
¿Por qué creemos que la DGA no será capaz de realizar con la
misma calidad los servicios que hoy presta el Ayuntamiento de Zaragoza? Pues
entre otras muchas cuestiones, por que se perdería competencia en empleo,
educación, sanidad o asuntos sociales, por poner ejemplos en bruto, todo lo
haría la DGA, y lo debilitaría hasta convertirlo en un caos.
Estos procesos buscan solo ahorrar dinero públicos. Es
mentira que busquen optimizar recursos o mejorar gestiones. Para eso se deben
hacer otras normas y leyes pero distintas a esta. Claro que hay que optimizar
gastos y aplicar sistemas de gestión más modernos y lógicos. Algunos de libro
de primero de carrera. Ese es el gran error de la izquierda que ahora la
derecha aprovecha. Se ha hecho mal desde parte de la izquierda que ha
gobernado, lo hemos hecho mal todos admitiendo con silencios gestiones del
siglo XIX para servicios del siglo XXI, pero ahora con esta reforma brutal no
se hará mejor. El PP solo entra “a saco” en la dejadez de una izquierda que se
ha equivocado en sus gestiones pensando que toda reforma era válida. Y los
ciudadanos como muchas veces, hemos mirado para otro lado, sin saber elegir
bien cuando se nos llama.
Lo vamos a notar, excepto que se mejore la ley o que la DGA
trasfiera al Ayuntamiento ciertas labores que ya hace hoy este, pensando en la
calidad del servicio. Pero sería un Ayuntamiento subcontratado por una DGA que ordenaría.
Se pierde poder de decisión, pero de esta manera tal vez no se pierda calidad
de servicios.