La capacidad expositiva de la ciudad de Zaragoza es muy alta, su
capacidad de sacar rendimiento a estas actividades culturales o artísticas,
más bien escaso.
Se pueden contabilizar hasta 16 grandes salas de exposiciones
públicas o privadas con una actividad casi constante de gran calidad en casi
todos los casos (incluyo ya Caixa Forum) más otras entre 8 y 10 salas menores
públicas o privadas que también ofrecen exposiciones más los Centros Cívicos
diseminados por los barrios. Y tenemos además cinco grandes espacios esperando
abrir o terminar sus obras de acondicionamiento. Torre del Agua, Pabellón
Puente, La Harinera, Escuela de Artes y Palacio Fuenclara.
Curiosamente no tenemos un Museo de Arte Contemporáneo
aunque pensemos que el IAACC Pablo Serrano puede ocupar ese espacio y lo que es
más doloroso; en cuanto tengamos para Aragón la colección Pilar Citoler Circa
XX no tenemos un lugar adecuado para capaz de mostrar las más de 1.000 obras
adquiridas. Ni tan siquiera de una décima parte de ellas que pudieran ir rotando anualmente y que tardariamos 10 años en poderla ver.
La diversidad de ubicación de los centros expositivos unidos
a su pertenencia convierten en complicado crear un recorrido artístico y
cultural expositivo que ofrecer a los turistas. Incluso la gran diversidad de
centros hace que los propios zaragozanos acudan a unos muy pocos centros
dejando el resto con muy pocas visitas.
Diagnosticado el problema percibo muy compleja la solución,
pues incluso los grande espacios que están en espera excepto la Escuela de
Artes, no encajan en la optimización necesaria. Fuenclara es muy pequeño y no
encaja para muchas necesidades y las zonas de la Expo o Harinera se escapan de
la zona que serviría para agrupar espacios.
No se trata, en absoluto, de crear nuevos espacios, sino de
optimizar los existentes. Se acabó el tiempo de crear edificio vacíos
presuntamente bonitos para luego pensar en llenarlos. Antes de dedicar
presupuesto para la Torre del Agua, el Pabellón Puente o la Harinera, sean
públicos o privados, habría que dignificar el uso de la Escuela de Artes. Hay
que olvidarse de llevar y diseminar las grandes actuaciones culturales o
artísticas por los barrios, pues deben ser actuaciones “de ciudad” y
organizarlas en zonas perfectamente reconocidas.
En una sola calle de Madrid (con dos nombres) Paseo del
Prado y Paseo Recoletos, se reúnen los mejores museos y salas de exposición
sean públicas o privadas. Mapfre, Caixa Forum, Prado, Thysem, Cera, Arqueológico,
Artes Decorativas, Biblioteca Nacional, CentroCentro, etc. Todo en una sola línea
recta.
Y hay que señalar que ha ido creciendo una nueva zona de
salas pequeñas de arte al norte de esta línea, por la zona de Colón y el triángulo trasero derecho del inicio de la calle Génova, en la
clásica sinergia entre espacios públicos y privados.