Junto al Palacio de Montemuzo de Zaragoza tenemos esta
pintura mural ayudando a que los paseantes miremos hacia arriba. Si Zaragoza
crece en arte callejero, en arte urbano, crece en calidad de vida urbana.
Resulta siempre mucho más agradable pasear y contemplar color y formas que
hacerlo sobre el asfalto gris y apagado.