En los tres años últimos el Ayuntamiento de Zaragoza ha
perdido 853 funcionarios que no se han cubierto por la prohibición del Gobierno
al haber entrado nuestra ciudad en estabilidad financiera municipal. Quedan
algo menos de 5.800 trabajadores que tienen que realizar el trabajo total con
serias dificultades en algunos puestos pues las pérdidas no se han dado
repartidas por igual. Este casi 15% de puestos de trabajo perdido tienen una
doble lectura.
Por una parte la ciudad está teniendo un ahorro importante
en gasto corriente y la ciudad sigue funcionando.
Pero por otro lado cuando tenemos seis millones de
desempleados, que lo público municipal en Zaragoza ayude al paro dejando de
cubrir 853 puestos de trabajo es complicado de entender para comprender que
existen ganas en serio de rebajar las cifras del desempleo.
Si añadimos a todo esto que para compensar la falta de
personal en algunos puestos de trabajo se está recurriendo a un aumento casi
excesivo de las horas extraordinarias caemos en la trampa de los dos tipos de
ciudadanos. Los que tienen trabajo tienen mucho trabajo y el resto no
tienen nada.