En uno de mis recientes viajes por Madrid acompañados de
otros amigos, osamos entrar a un bar regentado por orientales en busca de calmar
la sed insistente. La sorpresa al sentarnos fue encontrarnos con un armario de
boticario, viejo pero muy curioso, mal conservado y lleno de suciedad de la que
se pega, pero con unos cajones donde en tiempos se conservó material para la
botica.
Curiosamente la planta que se conoce con el nombre de Té de
Aragón ni es té, ni solamente es del actual Aragón. Es conocido también en el
este de España como té de roca que se recoge desde Soria a Aragón, Cataluña o
zonas de Valencia. Toda la zona que en sus tiempo fueron la Corona de Aragón, y
de allí su nombre popular.
Su nombre científico es el de “jasonia glutinosa” mientras
que el té oriental, el más conocido y utilizado, es “camellia sinensis”.
Plantas distintas aunque aquí las conozcamos con el mismo nombre general.
De
hecho el té de roca es más amargo, más parecido a la manzanilla. No contiene
teína pero si taninos por lo que va igual de bien que el té más conocido para
atacar las diarreas.
Se recoge entre las ranuras de las rocas calcáreas o entre
pedregales y no hay constancia de su uso hasta finales del siglo XVIII, siendo
en Aragón donde más se utilizaba como medicina natural para las digestiones
pesadas, los aires estomacales, las diarreas o como diurético. Al ser su uso
más conocido entre pueblos del Reino de Aragón, se le empezó a conocer como Té
de Aragón. El nombre de té le viene previsiblemente por prepararse en infusión
como los té orientales. Entre los sanadores de aquellos siglos se le conoce
también por sus poderes abortivos.
Dos consejos finales. Si resulta muy amargo o poner menos
hierba o añadir miel. Y nunca arrancar la planta, siempre cortar con una tijera
la zona más alta para que siga viva y creciendo.
Nota.: La imagen de la planta de té es de menudanatura.com