Este pequeño claustro está en el centro de Zaragoza,
escondido y en el centro de un convento poco visitado, el Monasterio de la Resurrección,
asentado sobre las murallas romanas de Zaragoza, junto a la iglesia de San
Nicolás y regentado por las canonesas del Santo Sepulcro. Es un claustro
sencillo pero muy recogido, en el que la tranquilidad y el silencio se ha
apoderado de la estancia aunque se encuentre dentro de una gran ciudad. Es como
viajar varios siglos atrás hasta encontrarte con la Edad Media. El claustro es mudéjar
y aunque en la actualidad no tiene colocados los capiteles originales por unas
reformas anteriores, si se conservan allí mismo, en espera de que se pueda
datar de alguna manera su organización original, pues no se permiten colocar
aleatoriamente sobre las columnas de los arcos. Un bello ejemplo de
tranquilidad y arte antiguo dentro de una ciudad, que tras 600 años conserva
todo su encanto histórico de unos siglos desaparecidos.En la actualidad es también una pequeña hospedería para que quien lo desee pueda disfrutar de esta paz y tranquilidad algo más que unos minutos de visita.