14.11.13

Sobre la Avenida de Cataluña de Zaragoza, de la que todos hablan y nadie trabaja

La política es curiosa y con el asunto de la Avenida Cataluña más todavía. Ahora todos se apuntan a hablar del asunto, a ponerse del lado de los vecinos, a dar explicaciones bonitas, guapas, de imagen. Pero la mayoría no han hecho NADA.

El único partido político con representación en el Ayuntamiento de Zaragoza o en las Cortes de Aragón o en el Congreso de los Diputados de Madrid que ha intentado que la Avenida de Cataluña dejara de ser una carretera propiedad del Estado a ser una calle propiedad del Ayuntamiento de Zaragoza, ha sido Chunta Aragonesista.

Que ahora desde el PP, el PSOE o UPyD quieran opinar dando explicaciones falsas no es de recibo. Más cuando TODOS reclamamos formas distintas de ser y estar en política.

La Avenida de Cataluña tiene un complicado futuro, lo sabemos todos, más porque nadie con capacidad paradecidir de verdad, se está tomando este asunto en serio. Hay que ser sinceros y mantener las palabras dadas o no darlas. Lo demás es no ser responsable.

Y lo digo desde la posición de ser uno de los que han intentado que este problema ser resolviera sin ningún éxito, lo que indica claramente que también yo soy tonto. Pero lo digo con fuerza. No me avergüenzo de ello. Ya vale de aparentar en política, hay que ser claros, ayudar a resolver y pelear. Y admitir las derrotas. Punto.

A partir de ahora yo recomendaría a los vecinos que siguieran muy unidos, buscando otras posibilidades, no cejando, reclamando a todos, poniendo en valor una zona de Zaragoza a una distancia del centro muy inferior a otras y con todos los servicios ya funcionando. No es de lógica urbana que esta zona tan cercana no esté desarrollada en Zaragoza, no haya sido objeto de mimo por los constructores o por los políticos.


Ahora toca empezar a diseñar los nuevos programas electorales para el 2015. Ya sabemos que algunos nunca los cumplen, pero al menos es necesario que todos se posiciones sobre la Orla Este, sobre el SUZ55, sobre la Avenida de Cataluña, sobre Cogullada, sobre la ordenación urbana de Zaragoza, que se ha movido más a golpes extraños que a diseños lógicos. Y aprender a votar y a no votar. Que todos siempre, somos responsables de hacer o de no hacer.