La política es curiosa y con el asunto de la Avenida
Cataluña más todavía. Ahora todos se apuntan a hablar del asunto, a ponerse del
lado de los vecinos, a dar explicaciones bonitas, guapas, de imagen. Pero la
mayoría no han hecho NADA.
El único partido político con representación en el
Ayuntamiento de Zaragoza o en las Cortes de Aragón o en el Congreso de los
Diputados de Madrid que ha intentado que la Avenida de Cataluña dejara de ser
una carretera propiedad del Estado a ser una calle propiedad del Ayuntamiento
de Zaragoza, ha sido Chunta Aragonesista.
Que ahora desde el PP, el PSOE o UPyD quieran opinar dando
explicaciones falsas no es de recibo. Más cuando TODOS reclamamos formas
distintas de ser y estar en política.
La Avenida de Cataluña tiene un complicado futuro, lo
sabemos todos, más porque nadie con capacidad paradecidir de verdad, se está
tomando este asunto en serio. Hay que ser sinceros y mantener las palabras
dadas o no darlas. Lo demás es no ser responsable.
Y lo digo desde la posición de ser uno de los que han
intentado que este problema ser resolviera sin ningún éxito, lo que indica
claramente que también yo soy tonto. Pero lo digo con fuerza. No me avergüenzo de
ello. Ya vale de aparentar en política, hay que ser claros, ayudar a resolver y
pelear. Y admitir las derrotas. Punto.
A partir de ahora yo recomendaría a los vecinos que
siguieran muy unidos, buscando otras posibilidades, no cejando, reclamando a
todos, poniendo en valor una zona de Zaragoza a una distancia del centro muy
inferior a otras y con todos los servicios ya funcionando. No es de lógica
urbana que esta zona tan cercana no esté desarrollada en Zaragoza, no haya sido
objeto de mimo por los constructores o por los políticos.
Ahora toca empezar a diseñar los nuevos programas
electorales para el 2015. Ya sabemos que algunos nunca los cumplen, pero al
menos es necesario que todos se posiciones sobre la Orla Este, sobre el SUZ55,
sobre la Avenida de Cataluña, sobre Cogullada, sobre la ordenación urbana de
Zaragoza, que se ha movido más a golpes extraños que a diseños lógicos. Y aprender a votar y a no votar. Que todos siempre, somos responsables de hacer o de no hacer.