Eran las columnas cerámicas que sustentaban uno de los edificios emblemáticos de la Expo 2008 de Zaragoza.
El rimbombante Pabellón España.
Iba a ser no sé cuantas cosas. Todas preciosas.
Sigue vacío cinco años después y sin saber qué hacer con estas cerámicas que se caen.
Ellas permaneces derechas, tiesas. Los que se gastaron los dineros están en paradero desconocido para el edificio.
Hace cinco años que cumplieron su trabajo ¿y ahora?
Ahora la nada. Otra vez la costosa nada. Pero algún día será. O no.