Hay tejados que tienen personalidad, que nada más verlos ya te indican mucho más que ellos mismos. Este fragmento de El Pilar es uno de ellos. Sus cuatro colores formando figuras geométricas, rombos que se superponen, casi ojos y boca según como elijas el encuadre, nos llevan al Pilar, a Zaragoza.
Simples tejas pintadas de amarillo, verde, azul y blanco. ¿Por qué esos colores?